Enamorada del villano ©

Capitulo XXVI: Eres como. . .

—"El conde de Arcane; Demián Terrier ,es a lo que llamarían algunos, una escoria humana. Normalmente no le importa si la persona a su lado muere brutalmente, siempre y cuando no le afecte dejará que se desangre a sus pies.

Alabado es por muchos jóvenes debido a su buena apariencia física, sin embargo , según se rumorea es tremendamente mezquino y cínico, un sinvergüenza incapaz de admitir que es un ególatra narcisista que le gusta decir que simplemente es sincero.
Capaz de engatusar a quien se cruce por su camino, manipulador a su antojo, un asesino a sangre fría siempre dispuesto a hacer el trabajo sucio.

De pocas palabras pero muchas acciones, la única razón por la cual no ha sido desterrado ni desplazado de su cargo es por el hecho de que como es posiblemente alguien sin alma, ha contribuido en el pasado a conquistar más de una ciudad, arrasando con millones a su paso, haciéndose de miles de tesoros, se estima que en la actualidad posee una de las riquezas más grandes de el imperio.

¿Realmente hay algo bueno en él?

Pronto lo sabremos.

Este fin de mes según información filtrada visitará el palacio real, hogar de nuestro emperador y estrella de la nación.

¿Estamos en peligro?

No hay que ser negativos pero meramente es bastante posible por el hecho de que no se le llama a la artillería pesada ante una situación simple.

Cuídense mucho, no permitan que sus azules ojos les engañen.
Con ello nos despedimos, su diario de confianza, Roseterg".

—Pásame esa cosa que llaman "articulo" no es más que palabrería de la más pobre calidad —el aludido farfulló y en cuanto le extendí el trozo de papel , fue consumido en tan solo instantes por un fuego voraz.

—Extraño viniendo de ti, normalmente no te hubiese importado un carajo — dije entre risas.

—Sabes mejor que nadie por qué me encuentro así, además es la tercera vez en la condenada semana que publican algo tan ridículo.

Oh sí, estaba a punto de hacer una rabieta. Otra vez.

Lanzó un puñal al lado de mi cabeza, yo ni me molesté en inmutarme, era el quinto que ahora adornaba la pared.

—No asistirás a el aniversario ¿Cierto?

—Haré lo que tenga que hacer en el palacio y me largaré de ese chiquero —susurró enfadado—no es mi asunto si su hipersensibilidad no les permite oír la verdad, y detesto pretender que no sería feliz si los viera agonizar en el suelo mientras la vida abandona sus pupilas lentamente —de inmediato su semblante cambió adoptando un toque macabro como era usual en él, una sonrisa me hizo saber que lo estaba imaginando— al menos en ello no mienten.

De todas formas iría sin él. Como siempre.

—Me gusta esa actitud —dije en una sonrisa cómplice que él después de unos instantes correspondió con un levantamiento de ceja— sin embargo también te tengo otra mala noticia.

—¿Ahora qué ocurre?

—El emperador sigue presionando con el asunto de que contraigas matrimonio cuánto antes.

—Que se joda —soltó sin pena ni gloria.

Me reí ante su comentario tan "respetuoso".

—Podrías revisar las solicitudes de las jóvenes nobles que se han ofrecido en matrimonio últimamente; para ser alguien "odiado" tienes muchas fanáticas -me burlé.

—Arián, vamos, sabes que no tengo tiempo para mujeres, por no hacer mención a los problemas que trajo la última —suspiró.

—Bueno, también hay candidatos —dije medio en broma, tenia mucho para elegir, pero seguía empedernido en la idea de morir solo.