Un paso alcancé a dar cuando un suave aroma me hizo detenerme,uno dulce,uno a cafeína fue lo que percibí.
Mis ojos me traicionaron yéndose hacia donde provenía el aroma, era un lugar muy hermoso —aunque en general a mi todo me lo parezca— de alguna manera casi mágico; los faroles que suavemente iluminaban el lugar a pesar de que apenas empezaba a atardecer.
Se trataba de una cafetería con un estilo algo rústico, inclusive el tronco de un árbol atravesaba el lugar entregándole un aspecto muy natural y armonioso. ( Lo sé, yo y mis exageraciones)
Sabiendo que el café no me hace bien de noche, aún así me acerqué para disponer de alguno, por el simple hecho de sentarme cerca de ahí, del tronco. Un amor por la naturaleza desde que tenía memoria siempre ha estado en mí.
Pedí uno, que debo admitir me sorprendió bastante, y aquí va la parte más extraña supongo, y es que el café en ese mundo no siempre era bueno de color café. Sí, el mío era lila. Ahora pensaras que estoy loca ¿No? Bueno yo también lo creí hasta que lo probé, ¿Cómo decirlo? Era una mezcla de café con algo muy parecido a la mora azul, solo qué... No sé, más cremosa, menos ácida.
No me consideraba una persona exigente respecto a la comida, pero era lo más hermoso —si así lo podía calificar— que había probado hasta el momento de Avantcynt.
Mi cara lo decía todo, estaba felizmente sorprendida por ese exótico sabor.
- Vaya, nos volvemos a encontrar dulzura.
Una respiración me hizo escalofríos en el cuello.
Esa voz la conocía...
Pero antes de tener tiempo a pensar quién exactamente, una mano cruzó por adelante de mi hombro hasta tomar mi vaso con brusquedad.
Me gire para mirarlo totalmente perpleja. Efectivamente era el príncipe Darren. Aunque viéndolo como estaba en ese momento resultaba algo difícil tomarle en serio.
Me dí cuenta de una cosa más como por ejemplo de que su cabello a la luz del atardecer se veía más como un rubio platinado, que pasaba por blanco inclusive.
Tomó asiento a mi lado y sin siquiera soltar mi vaso le dió un gran sorbo al envase. Enseguida su cara se arrugó en un gesto de rechazo.
- Ugh, hasta sus gustos se parecen...-bufó antes de devolverme el vaso con rapidez.
Lo miré ceñuda e inclusive algo ofendida. ¿Estaba bromeando? ¡Era el mejor sabor de café que había probado! ¡Era como la mezcla perfecta de dulzura cremosidad, acidez, amargura por parte del café, y esa espuma...!
- Tú tuviste la culpa por probarlo sin permiso - zanjé inclusive antes de darle una bienvenida- y segundo, buenas tardes, Darren.
-¿Darren? - me dijo con una sonrisa un tanto fanfarrona.
Por un momento incluso me hizo dudar por la fijeza con la que me miró.
- Sí, así te llamas - hice una breve pausa como replanteandomelo- ¿No?
El asintió, y seguido de eso cruzó los brazos sobre la mesa que estaba al frente de ambos, como sí esa escena le pareciera demasiado divertida.
- Sí, solo que normalmente no me tutean.
- Pues acostumbrate, eso te pasa por llamarme "dulzura" - farfullé
- Niégame que te gusta, y de hecho, sabes que, yo no planeo hacerlo, me agrada que me llames por mi nombre.
- Fuera de tema, ¿Porqué dices eso?
- ¿Eso de ...?
Le señalé el café [¿Lila?] .
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Enamorada del villano ©
Fantasia¿Que harías sí de la nada...te convirtieras en la protagonista de la novela más cliché del mundo? ¿Huirías de tu destino? ¿Dejarías que la trama fluyera sin problemas aún sabiendo que de eso depende la vida de alguien? O... ¿Te atreverías a cambiar...