Capítulo IV: Consecuencias

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Cómo de costumbre,actúe sin pensar otra vez.

Por más que intenté irme a "tiempo"o pensé en dejar plantado allí a Anthony para salvar mi propia libertad, me fue imposible,tal vez era demasiado fuerte el sentimiento de la protagonista para con él.

La cosa es esa, pase tanto tiempo con él conversando, pensando en cuanto parecido había entre el y yo, que termine por dejar que el tiempo corriera, como si el mismo hecho de estar ahí sin consentimiento alguno, no fuera bastante peligroso.

¿Estoy exagerando?

Tal vez pueda parecerlo,pero,vaya que no lo era,estaba cometiendo un error abismal al no pensar en las consecuencias que ello me traería.

Y así fue, para cuando me di cuenta,me había quedado dormida bajo aquel enorme árbol. Esa felicidad de estar en medio de la naturaleza,la brisa suave sobre mis mejillas, y ese bonito sonido de fondo, el pacífico canto de las aves...

Cuando volví a abrir los ojos ya había atardecido.

¡Madre mía! ¡¿Que tan perezosa puedo ser?!

A veces hasta yo misma me sorprendía, parecía que para mí, dormir casi una semana entera no era suficiente, es más, ni siquiera sabía si alguna vez era suficiente.

Mi nuevo alias debería ser "la bella durmiente", tal vez no sea tan bella pero de durmiente no me faltaba nada.

Eso me repetí regañandome a mi misma mientras corría hacia el agujero por el que había salido del jardín real.

Por si se lo preguntan,no, Anthony ni siquiera me hizo el favor de despertarme,antes de irse,¡Me dejó completamente sola!

Si había ganado un poco de simpatía por mi parte, no sé estaba esforzando mucho por mantenerla.

Entre por el jardín real sin ser vista, todo iba bastante bien,o eso creí.

Típico, entré por la puerta principal y en cuanto lo hice pude presenciar aquella escena que tanto aparece en las películas, mis queridos padres que no se habían dignado antes a acercarse a mi , ahora estaban muy dignos cursados de brazos ante mí.

La verdad,parecía que estaban ahí como si estuvieran acomodados para tomarse la típica y aburrida foto familiar. Mi padre muy galante con todo ,corona y cetro, mi madre tampoco se quedaba atrás ,con ese lujoso y seguramente pesado vestido de terciopelo rojo, un montón de joyas que estaban de más, sin excluir la enorme corona real a juego con la del rey, ambas llenas de piedras preciosas incrustadas.

¿Hace falta hacer tanto escándalo por una pequeña escapada?

Al parecer sí.

Cabe aclarar,mi queridísima hermana, ni siquiera se digno a salir a darme la cálida bienvenida que estaban a punto de darme mis amados padres , tal vez yo era demasiado poco para ella.

Yo que sé, lo único que estaba más que claro, es que estaba en problemas.

Antes de continuar con el gran desastre que,de seguro me estaba por suceder , aprovecharé para describir la apariencia de mis padres:

Ambos debo decir, no estaban en mala forma física,de hecho se hubieran visto jóvenes de no ser por la corona de canas que cubría la cabeza de ambos. La reina, tenía el cabello largo y oscuro dentro de lo que cabía, casi podría decirse que cuando fue joven, debió tener un cabello tan oscuro como la noche. Además tenía dos preciosos pero muy agudos y cortantes ojos,color miel, debo decir que no era a ella a quien me parecía en particular.

Mi padre, el rey, por lo contrario, si se parecía a mí, y mucho,el tenía ,o al menos tuvo el mismo tono de cabello pelirrojo que la protagonista, y sus ojos eran verde esmeralda,cabe aclarar, una vez más, igual que la protagonista, sí, no lo dije antes pero de hecho la protagonista tenía unos bellos ojos esmeralda, según lo que había leído.

Enamorada del villano ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora