CapXIX: El imperio de la sangre

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Pestañeé un par de veces, estaba viendo al vacío, ¿porqué sentía que había visto algo? Tal vez se trataba solo de mi imaginación. Justo entonces oí el crujir de una rama, alguien se acercaba a mi, tal vez por instinto o que se yo sentí la necesidad de esconderme, por lo que le hice caso a mi instinto y me puse detrás de un árbol.

Calmé mis respiraciones, cada vez se oía más cerca, cuando de repente...

—Bú— alguien susurró a mis espaldas y yo casi pego un brinco del susto, Arían parecía deleitado riéndose de mi pues una sonrisa se pintó en sus labios en seguida.

—¡Casi me da un infarto, pensé que sería alguien peligroso! —me quejé.

—¿Y quien dijo que no lo soy? —respondió él y por un segundo un escalofrío recorrió mi espalda.

Pellizqué el puente de mi nariz como aclarándome y sacudí la cabeza.

—¿En ese caso tampoco debería alegrarme de verte?—le cuestioné y el meneó la cabeza.

—Bueno, si ir a cenar, para ti es una mala noticia ;supongo que no.

—¿Vamos a cenar?

—Si,¿pues que pensaba, princesa?— largo burlón— después de un día así, claro que lo merecemos, acompáñeme si no está a dieta o planea de morir de anorexia.

—Ja,ja, muy gracioso — aunque bueno, a decir verdad , como él mencionó no podía darme el lujo de no cenar, o ese cuerpo se desplomaría en cualquier instante, así que le seguí, dejando atrás cualquier mal presentimiento que pudiera haber tenido en su momento.

Al regresar a donde estábamos ya había una hoguera grande calentando el ambiente además de un Asstryam cocinando algo parecido a un ave, me pregunté  cuando lo habían cazado, o si no se le haría raro a Arián comerlo ya que él podía convertirse en cualquier animal aparentemente.Pero pensándolo mejor tal vez no quería saberlo.

Sin embargo no había ni señales de Demián y me cuestioné qué pensaría Arián si le preguntaba por él, después de todo no éramos cercanos y ya sospechaba de que yo gustaba de él, así que no quise "echarle leña al fuego" y aumentar sus sospechas o confirmarlas, así que simplemente me senté y disfruté un rato de la compañía de ambos: mi hermano y Arián.

(***)

Habíamos llegado al dichoso imperio de Bloodyerth ¡Por fin!

Era tonto pensar que hasta ese momento apenas había llegado alrededor de el tercer capítulo de "la dama de cristal" , bueno ahora estaba muy claro que las cosas habían transcurrido más lento de lo que había sido en realidad en la versión original.

Y bien, las cosas en Bloodyerth eran mucho, muy muy diferentes a como era Avancynt , me había sorprendido al ver un par de manchas en el cielo diurno, cuando al acercarme pude apreciar majestuosas alas escamosas, o debería decir ¿legendarias?

—¡¿E-esos son...?!—se me ahogaron las palabras, nunca había esperado ver uno real en mi vida, y es que, ¿quién lo esperaría?

Sus ojos se encogieron en ternura al verme, me sentí un poco incómoda.

—Ah, no lo recordaba, por tu territorio, no son comunes, pero tranquila bombón, te podemos enseñar a montar uno, ¿verdad, su alteza? —Demián venía muy ensimismado en el libro que había empezado a leer desde que partimos.

Arián hizo un puchero en desaprobación porqué el duque no parecía interesarle nuestra platica.

—¡No seas aguafiestas! —Le lanzó un pañuelo a la cara y casi suelto una carcajada.

Enamorada del villano ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora