Por instinto, Aden se aferró al mango de su espada, poco a poco, los marineros y dudosos comerciantes miraron los carteles curiosos y cada vez más ojos se posaban sobre los chicos.
- Tenemos que salir de aquí- dijo Bhesh buscando con la mirada la salida tratando de calcular la distancia hasta ella.
Lentamente los chicos se pusoeron de pie como si quisieran eludir depredadores.
Uno de los comerciantes, un corpulento hombre con varias cicatrices soltó una risilla burlona.
- Los carteles dicen "vivos", eso no significa que no puedan estar un poco... mallugados.- los demás también rieron amenazantes, por su parte los chicos sentían que se les salía el corazón, no iban a sair de ahí de forma pacífica.
Hasta la mesera que unos pocos minutos atrás había coqueteado a Zul se armaba ahora con una sartén, lista para apaciguar a los fugitivos de Renance esperando tener un poco de esa recompensa.
De un salto uno de los sujetos saltó con un garrote en mano directo a Aither, pero a pesar de su ebriedad, Aden bloqueó el golpe, los chicos comenzaron a correr a la salida encabezados por Bhesh quien solo tenía una daga para protegerse a él y a sus amigos, dos marineros más bloquearon su paso, sin moderación se abalanzaron a Bhesh, un par de puñetazos, uno al estómago, otro a la mejilla doblaron al rubio, pero la adrenalina lo hizo levantarse y responder los golpes, pudo patear a uno lejos de sí, pero el otro lo tomó del cuello de la camisa y tumbó a Bhesh sobre una mesa.
Zul y Aither quedaron desprotegidos, Bhesh sobre la mesa intercambiando puñetazos con aquel marino, y Aden amenazando con la espada a un grupo de tres más cerca de la barra que de la salida.
Otro sujeto se acercó decidido a enfrentarse a Aither pero el chico le lanzó uno de los tarros de cerveza directo a la frente, en cuanto cayó al suelo, la mesera armada con la sartén saltó como fuera hacia Zul, la chica pudo esquivar, pero era perseguida por la mujer que actuaba como poseída, Zula no tuvo más opción que tomar algo para defenderse, sin pensarlo mucho, le lanzó una silla a la mujer que solo la desorientó, por lo menos le ganó tiempo para que Zul tomara un rodillo de la barra.
Zul y la mesera chocaron rodillo con sartén unnpar de veces antes de que la peliazul tuviese la certeza para noquear a la mujer con un golpe en la sien, mas no tuvo tiempo de descansar, pues una figura encapuchada se acercó a ella, Zul lo amenazó con su rodillo, pero la figura tan solo alzó las manos, como indicando que no la lastimaría, la figura desenvainó una espada que escondía debajo de su capa y abrió paso hasta Aden quien ya había derrumbado a sus tres atacantes y ahora lo amenazaban otros dos, más violentos que los anteriores, estos ahora sí llevaban espadas oxidadas.
El encapuchado cubrió a Zul y se encargó de uno de los atacantes de Aden, una vez derrotados los dos atacantes, el pelirrojo lo miró extrañado, ¿les estaba ayudando?
En seguida, cayó cerca de ellos un atacante de Bhesh, quien se acercó con gesto adolorido pero listo para huir, solo faltaba Aither, los buscaron con la mirada un tanto desesperados.
- ¡Por acá!- la voz de Aither los alertó cerca de la barra, una salida alterna, el grupo corrió hacia la salida de emergencia, a sus espaldas escucharon que al bar entraban unos guardias debido al alboroto, afortunadamente, salieron de aquel lugar antes de que los mismos guardias los mandaron de regreso a Renance.
Los chicos salieron del bar, sin embargo trotaban desorientados, no sabían a dónde huir, hasta que el encapuchado les hizo un ademán para que lo siguieran, aún con sospecha y sujetando su espada con fuerza, Aden lo siguió, y detrás de él, sus hermanos y Bhesh.
El desconocido los guió hasta lo que parecía una granja abandonada, abrió un viejo establo y les indicó que entraran, los chicos lo hicieron.
Dentro, el encapuchado se aseguró de que nadie los hubiese visto antes de cerrar la puerta del establo detrás de él quedandose junto a los chicos.
Esperaron a que el desconocido se descubriera el rostro en silencio.
La sorpresa que se llevaron cuando debajo de aquella capucha se descubría un atractivo y pálido rostro sonriente de un joven, rubio, cabello revuelto y ojos cafés, sonreía con travesura.
- Vaya que estuvo cerca, ustedes mis amigos no saben como viajar de incognito.- dijo el chico con voz divertida.
Aden posó con tanta autoridad como pudo.
- ¿Quién eres tú y porqué nos ayudaste?- cuestionó el chico con voz grave y ceño fruncido, amenazante.
El rubio soltó un resoplido y se acercó lentamente a Aden.
- Me llamo Noah, Noah Crawford, Sus Altezas.- se presentó el chico con media sonrisa.
Detrás de Aden, Zula miró al chico con curiosidad, no parecía temerle a su hermano, o era muy valiente o muy estúpido.
Noah notó la mirada de Zul sobre él, el chico la miró y con picardía le guiñó un ojo, la chica se sonrojó de inmediato.
- ¿Porqué nos ayudaste, Noah Crawford?- insistió Aden.
- Como les dije, con todo respeto Sus Altezas, ustedes no saben viajar de incógnito, desde que entraron a la taberna los reconocí, ya iba de regreso al Palacio pero decidí quedarme para saber qué hacían aquí.- explicó Noah.
- ¿Palacio?, ¿Eres de la Realeza de Isveria?- señaló Bhesh.
Noah sonrió.
- El Príncipe Peter es mi mejor amigo, en realidad, toda mi familia es muy unida al Palacio, he visto sus retratos, conozco la historia de Renance y la... relación, propuesta para ambos reinos.- dijo Noah señalando a Zula con la mirada, la chica torció el gesto recordando su muy posible matrimonio arreglado con el Príncipe Peter Greengrass de Isveria.
- Entonces por eso nos salvaste, para ser tú quien nos lleves de regreso a Renance y ganar más puntos con tus amigos.- dijo Aither de mala gana.
- Eso suena racional...- admitió Noah.- ... pero imagino que tienen sus razones para escapar.-
- Tal vez.- respondió Zul cruzando los brazos sobre su pecho.
- Asumo que tiene que ver con el hermano faltante.- señaló Noah, los chicos se sobresaltaron ante la observación de Noah.
- ¿Cómo sabes que falta uno de nosotros?- cuestionó Aden.
Noah puso los ojos en blanco.
- Ya les dije que conozco su familia y los carteles ofrecían recompensa por los cuatro hijos de Renance y el chico Darvin, aquí solo hay tres hijos de Renance y Darvin.- señaló Noah.
- Brillante.- murmuró Aden a Bhesh, Zul suspiró y se acercó a Noah.
- Mira, no sé tus intenciones, no las voy a cuestionar, pero necesitamos tu ayuda y estoy dispuesta a pagarte por ella.- negoció Zul con seguridad, Noah frunció el ceño.
- ¿Qué puedes ofrecerme como pago por incumplir órdenes Reales?- se burló Noah.
- ¿Qué quieres?- preguntó Zul con seguridad.
- Dime dónde está tu otro hermano.-
- Probablemente en Magalia o cerca de.- respondió la chica.
- ¿Por qué?-
- Está en problemas y vamos a ayudarlo, es todo lo que debes saber.-
Noah asintió.
- Necesitarán más ayuda por si encuentran peligros en el camino.-
- No, solo ocupamos caballos.- dijo Zul.
- Iré con ustedes.- aseguró Noah.
- No lo harás, no cargaré con otro peso.- interrumpió Aden.
- Le recuerdo a Su Majestad que yo luché a su lado mano a mano.-
- Tal vez... tener un guía que conozca al menos Isveria sería más seguro para el viaje.- señalo Bhesh, Noah sonrió.
- Darvin sabe, esperen aquí, conseguiré los caballos y al anochecer nos vamos.- concluyó Noah.
Sin dar oportunidad a réplica, el rubio salió del establo y pasadas unas horas, tal como lo prometió, volvió con 5 caballos listo para partir con los hijos de Renance.
ESTÁS LEYENDO
Herederos del Sol [Poema de Creación y Destrucción]
FantasyAlgunas leyendas son más que eso y Bhesh Darvin desafiará al mismo Destino en nombre de la paz y un infinito amor