Bhesh abrazaba a Ley, sin embargo, sentía sus piernas debilitarse, era como si algo le absorbiera su fuerza, miró a Ley, el chico le abrazaba pero parecía estar perdiendo la consciencia, lucía más palido de lo habitual, sus labios comenzaban a secarse y su mirada perdía brillo, algo estaba mal.
Cayo de rodillas y miró a Lilith, podía verla, tan clara como a todos los demás, también a Adam, lo veía, ya no traslúcido, físico, real, el miedo le invadió.
- ¡Leo!- exclamó con las pocas fuerzas que le quedaban.
Aden, Aither, Noah y Zul lo vieron como se desvanecía, corrieron sin dudarlo hacia Bhesh y Ley.
Leo abrió los ojos al escuchar a Bhesh, un terror inmenso recorrió su cuerpo entero al ver a Lilith frente a ella con su macabra sonrisa.
- Era una buena idea, te concedo eso Bruja.- dijo Lilith caminando hacia ella, Leo miró a Bhesh, el y Ley se habían desplomado casi inconscientes, podía ver como su fuerza vital era absorbida por Lilith, Leo sabía que podía ayudarlos.
Lilith lanzó una especie de rayo que salió de sus dedos hacia Leo, pero Adam se interpuso y detuvo el ataque, eso le dio tiempo a Leo de correr hacia Bhesh, los chicos ya estaban ahí, buscando como ayudar a Bhesh y Ley, Aden miró a Leo con preocupación, la Bruja observó como la vida se les escapaba, aún tenía algo de fuerza, podía intentar una última cosa.
Se escuchó un grito ahogado de Adam, el ataque de Lilith era más fuerte que él y el rayo que detuvo le había quemado las manos gravemente, Aden, Aither, Noah y Zul se dispusieron a apoyar a Adam mientras Leo intentaba despertar a los chicos.
Leo tomó las manos de Bhesh y Ley, cerrando los ojos y con un suspiro entró al plano inconsciente junto a Bhesh y Ley.
Los encontró en lo que parecía ser el palacio de Renance, era la habitación de Ley, aquella donde Bhesh lo miraba pintar, justo eso hacían, Ley pintaba mientras Bhesh lo admiraba.
- Bhesher.- Leo lo llamó, Bhesh y Ley se volvieron hacia ella con cierta sorpresa como si no esperaran encontrarse con nadie.
- ¿Leonora?- cuestionó Bhesh. - ¿Qué ocurre?-
Ley miró a Leo con curiosidad.
- ¿Leonora de Vaegarus?, ¿La Bruja?, ¡Bhesh, la encontraste!- dijo Ley asombrado mirando a Leo con admiración.
La chica los miró con pesar.
- Están muriendo.- confesó Leo.
Bhesh y Ley enmudecieron de la sorpresa y la aflicción, Ley fue el primero en volver en sí, con cierta resignación tomó la mano de Bhesh, el rubio dirigió su mirada a la mano de Ley que se aferraba a la suya, nunca le había sentido tan cerca, si eso era su lecho de muerte, al menos sabría lo que era que Ley lo tocara como él siempre quiso.
- Puedo salvarlos, a los dos, pero deben estar seguros de que lo quieren...- comenzó Leo, ambos la miraron expectantes.- ...primero, deben renunciar a sus, papeles como espíritus, esto los separará del Sol y la Luna, pero también les quitará sus poderes que vienen de ellos y serán mortales como cualquier humano...- continuó Leo, Bhesh y Ley sabían que habría algo más.- ... y segundo, sus cuerpos ya están muy dañados, sus corazones muy débiles, puedo repararlo, pero con el hechizo ambos compartirán un sólo corazón, lo que le ocurra a uno, le pasará al otro, su vida estará unida al del otro, hasta su último aliento, esta clase de hechizos sólo la hacemos con personas dispuestas a pasar el resto de sus días juntos.- concluyó Leo.
Con cierto temor Bhesh miró a Ley, estaba seguro de sus propios sentimientos mas no de los de Ackley, el Príncipe tímidamente entrelazó sus dedos con los de Bhesh antes de dirigirse a Leo.
- Hazlo.- dijo Ley.
Leo son una leve sonrisa volvió a la realidad, sin prestar mucha atención a su alrededor y sin abrir los ojos, formó un triángulo con sus manos sobre los cuerpos de Bhesh y Ley mientras recitaba unas palabras en un idioma antiguo sólo conocido por algunos seres mágicos.
Logró terminar el hechizo al mismo tiempo que un grito la sacó de su trance.
Mientras Leo resolvía la situación de Bhesh y Ley, el resto de los chicos cubrían a Adam que con dificultad se ponía de pie y conjuraba hechizos para contener a Lilith, la mujer estaba habituandose apenas a su cuerpo al mismo tiempo que absorbia la vida de Bhesh y Ley, por lo que sus poderes eran inestables y no tan fuertes como recordaba.
Fastidiada, Lilith liberó su fierza con una onda expansiva que rompió el escudo de Adam, al notarla libre, los chicos se abalanzaron a la mujer, Adam estaba débil, pero tal vez, sus ataques la distraerían y alguno de los chicos la herirían.
Lilith alzó un brazo y con una ráfaga de aire lanzó a Noah y Zul, Noah alcanzó a cubrir a Zul, y aunque ambos perdieron el conocimiento de inmediato, las heridas más profundas no alcanzaron a Zul.
Los hermanos Aden y Aither congeniaron esquivando y apoyándose en el otro cuando Lilith conjuró a las raíces de los árboles que salieron del suelo violentamente, por un momento, Adam pensó en la posibilidad de detener a Lilith con Aden y Aither.
Lilith observaba a los chicos en sus maniobras, "adorables mortales", pensó al momento que sintió como terminaba de absorber el poder restante de los espíritus.
Con esa nueva plenitud, alzó una raíz el dobre de grande que las anteriores y de un latigazo lanzó a Aither y Adam, para su sorpresa, el mayor de los Príncipes lo había esquivado y con un violento salto dirigió su espada hacia el pecho de la mujer.
Lilith lo sintió cerca, y miró cómo la punta de de la espada de Aden le hacía una herida que comenzaba a sangrar, tuvo una extraña sensación de alivio y felicidad al ver su sangre roja correr entre sus pechos tanto que casi olvidaba que sostenía a Aden del cuello, con tal fuerza que el chico casi perdía la consciencia.
Lilith lo vio pelear por su vida tratando de zafarse de sus garras, le resultaba fascinante, era un hombre hermoso, fuerte, y al mismo tiempo tan frágil.
Adam y Aither trataban de incorporarse adoloridos, Aither notó una pierna y un par de costillas rotas, pero de igual forma buscó su hacha.
Al tiempo que alzó la vista pudo verlo, a solo un par de metros de él.
Lilith arrancó con fuerza el corazon de Aden, sin ninguna expresión, sin dificultad, la sangre escurrió del pecho del chico y de la mano de Lilith donde sostenía el corazón aún palpitante de su hermano.
- ¡NOO!- rugió Aither.
Adam palideció, Lilith estaba de vuelta.
El grito despertó a Leo, no podía creer lo que veía, ¿ese era Aden?
Un dolor agudo invadió su pecho mientras las lágrimas caían desmesuradas.
Adam sabía que tenía que actuar, y rápido.
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Herederos del Sol [Poema de Creación y Destrucción]
FantasyAlgunas leyendas son más que eso y Bhesh Darvin desafiará al mismo Destino en nombre de la paz y un infinito amor