XIII

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- No acabo de entenderlo... - comentó Annabeth, contrariada mientras contemplaba el escudo mágico que les permitía ver toda Manhattan. Sin duda la hija de Atenea no soportaba no entender nada - Es como si hubieran rodeado Manhattan con varias capas mágicas. El mundo exterior quizá no llegue a enterarse siquiera de que algo va mal. Cualquier mortal que venga hacia aquí se moverá tan despacio que no percibirá nada de lo que sucede -

- Como moscas en una gota de ámbar - murmuró Jake Mason.

Annabeth asintió - Así que no podemos esperar ninguna ayuda -

Percy se volvió hacia todos los presentes. Sus amigos, sus compañeros le miraban atónitos o asustados. Y la verdad es que no podía culparlos. El escudo les había revelado que había al menos trescientos enemigos en camino. Ellos eran solo cuarenta. Y estaban solos.

- Muy bien - dijo el hijo de Poseidón mientras daba una palmada - Vamos a defender Manhattan -

Silena se ajustó la armadura - Hum, Percy. Manhattan es enorme -

- Vamos a mantenerlo bajo control - insistió el chico sin perder su optimismo - Debemos hacerlo -

- Tiene razón - afirmó Annabeth - Los dioses del viento mantendrán a raya por el aire a las fuerzas de Cronos, lo cual significa que intentará el asalto al Olimpo por tierra. Tenemos que cortar las entradas a la isla -

- Tienen lanchas - señaló Michael Yew.

Un escalofrío recorrió la columna de Percy al comprender el consejo de Atenea: «Acuérdate de los ríos» - Yo me ocuparé de eso -

Michael le miró incrédulo - ¿Cómo? -

- Déjamelo a mí - respondió con determinación - Tenemos que vigilar los puentes y túneles. Supongamos que se proponen asaltar el centro de la ciudad, al menos en el primer intento. Sería el camino más directo hacia el Empire State. Michael, llévate a la cabaña de Apolo al puente de Williamsburg. Katie, con la cabaña de Deméter, se encargará del túnel Brooklyn Battery. Haced crecer espinos y hiedra venenosa por dentro. ¡Todo lo que haga falta con tal de ahuyentarlos! Connor, llévate a la mitad de la cabaña de Hermes y cubre el puente de Manhattan. Travis, llévate la otra mitad y cubre el puente de Brooklyn. ¡Y sin paradas para saquear y entregarse al pillaje! -

- ¡Ufff! - protestó la cabaña entera de Hermes.

- Silena - prosiguió el chico - Llévate a la cabaña de Afrodita al túnel de Queens -

- Oh, dioses - suspiró una de ellas - La Quinta Avenida nos viene súper de paso. Podríamos comprarnos un bolso y unos zapatos a juego. Los monstruos no soportan el olor a Givenchy -

- Sin paradas - repitió Percy - Bueno, lo del perfume, si estás segura de que funciona... -

Seis chicas de Afrodita le besaron en la mejilla, emocionadas - ¡Muy bien, ya basta! - cerró los ojos tratando de pensar si se le olvidaba algo - El túnel Holland. Jake, llévate allí a la cabaña de Hefesto. Usad fuego griego, poned trampas. Todo lo que tengáis a mano -

Él respondió con una sonrisa - Con mucho gusto. Tenemos cuentas pendientes que saldar. ¡Por Beckendorf! - la cabaña entera estalló en vítores.

- El puente de Queensboro - continuó el hijo de Poseidón - Clarisse... -

Sin embargo, no pudo acabar la frase. Clarisse no estaba. Toda la cabaña de Ares se había quedado en el campamento - Nosotros nos ocupamos de eso - intervino Annabeth, salvándole de un silencio embarazoso - Malcolm - dijo, volviéndose hacia sus hermanos - Llévate a la cabaña de Atenea y activa el plan veintitrés por el camino, tal como te he explicado. Defended esa posición -

ARES #5 // DIOSES DEL OLIMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora