XV

62 9 1
                                    

Helena se agachó justo cuando una bola de fuego pasaba por encima de su cabeza. La cabaña de Apolo era una de las que contaba con el mayor número de miembros. Sin embargo, defender el puente Williamsburg estaba siendo más complicado de lo que habían imaginado. Cronos había decidido enviar el grueso de su ejército por allí y por muy buenos arqueros que fueran los hijos del dios del sol les faltaban flechas para acabar con todos los monstruos que avanzaban por el puente.

- Necesitamos apoyo - le dijo Will Solace mientras se agachaba tras el coche donde ella se refugiaba - Llama a Annabeth o mejor, llama a Dante -

Helena asintió y sacó un teléfono que se había echado al bolsillo. Aun no había acabado de escribir el número de Dante cuando una corriente de aire pasó por encima de sus cabezas. La chica se giró justo para ver al hijo de Marte, subido sobre el coche que usaban de barricada - ¿Qué hacéis escondidos? - preguntó con una sonrisa.

- Dante, baja de ahí. Es peligroso - respondió ella mientras las flechas silbaban sobre sus cabezas.

- ¿De qué hablas? - una lanza de fuego voló en su dirección pero él la atrapó sin siquiera mirar - ¿Dónde veis vosotros el peligro? - preguntó mientras apagaba el fuego del arma solo con soplar.

Michael Yew corrió a su encuentro - Estabas tardando - protestó el líder de la cabaña de Apolo - Nos están obligando a retroceder... ¿Puedes hacer algo? -

El hijo de Marte miró por encima del hombro y empezó a contar los monstruos - Son muchos... - musitó mientras fruncía el entrecejo - ¿Habéis traído el carro volador? -

- No - respondió Michael - Lo dejé en el campamento. Le dije a Clarisse que podía quedárselo. Qué más da, ¿entiendes? No valía la pena discutir más. Pero ella me contestó que ya era tarde. Que nunca más íbamos a ofenderla en su honor, o una estupidez por el estilo -

Dante suspiró y bajó de un salto del coche - Clarisse vendrá... Confío en ella - contestó con seguridad - De acuerdo. Este es el plan... - dijo mientras daba una palmada - Nos superan en cincuenta a uno. Así que voy a ir a reducir ese número -

- ¿Solo? - preguntó Lee mientras veía el ejército que avanzaba en su dirección.

Como respuesta, el hijo de Marte se crujió los nudillos - Vosotros seguid disparando... E intentad no darme -

Helena asintió - Ten cuidado - dijo antes de que el chico volviese a saltar sobre el coche.

- Siempre lo tengo - respondió y comenzó a avanzar hacia el ejército que se cernía sobre él. El muchacho observó atentamente la gran variedad de monstruos que tenía enfrente - Perros del infierno, dracaenaes, gigantes hiperbóreos... Parece que tenemos un poquito de todo -

Sin embargo, lo que más llamó su atención fue la comitiva de semidioses que divisó tras las filas de monstruos. Esto era una guerra. E iba a tener que pelear con otros mestizos... Cerró los ojos durante unos segundos y desenfundó su katana con un fuerte movimiento. El asfalto se resquebrajó bajo sus pies antes de que saltase contra sus enemigos.

Los hijos de Apolo se asomaron por encima del coche y vieron como el hijo de Marte se convertía en un torbellino negro que cargaba contra el ejército enemigo - Está como una cabra... - murmuró Michael.

- Pero es efectivo - respondió Will cuando la primera dracanea fue consumida por las llamas negras de la katana.

El líder de la cabaña sacó una flecha de su carcaj y apuntó al puente - ¿Cuántas flechas os quedan? -

- Muy pocas - respondió Helena, colocando una en su arco.

Todos los hijos de Apolo se reunieron tras su líder y apuntaron en dirección al puente - Pues no falléis - Michael soltó la cuerda y toda una lluvia de saetas se precipitaron sobre el puente Williamsburg. Las flechas pasaron a escasos centímetros de Dante quién parecía estar en el ojo de un huracán. Las llamas de su katana danzaban a su alrededor mientras él masacraba a todos los monstruos que se le ponían a tiro.

ARES #5 // DIOSES DEL OLIMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora