XXVI

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Durante toda la batalla Dante solo pensó en una cosa, mantener a Percy, Annabeth y Grover a salvo. Era una sensación rara. Su mentalidad siempre había sido ganar para salvar. Siempre había creído que la victoria se encontraba en aplastar al enemigo con una fuerza tan arrolladora que no hubiese discusión de quien era el vencedor. Pero esta vez solo podía pensar en salvar para ganar. Cada minuto que conseguía ganar, cada segundo era una victoria. El hijo de Poseidón se sumó a su duelo contra Cronos y juntos consiguieron presionar al señor de los titanes. Sin embargo, tenían claras limitaciones. Aunque Percy poseía un cuerpo invulnerable carecía del poder para medirse de tú a tú contra el titán. Y por otra parte Dante, quien sí poseía esa fuerza estaría fuera de combate en cuanto aquella maldita guadaña le alcanzase.

Los tres combatieron entre los restos de la hoguera, levantando chispas y pisando carbones casi apagados. Cronos cortó de un tajo el apoyabrazos del trono de Ares, cosa que solo puso de peor humor a Dante. Acto seguido, les arrastró hasta el trono del padre de Percy - ¡Ah, sí! - dijo Cronos - ¡Éste sí que dará buena leña para mi nueva hoguera! -

La guadaña del titán chocó contra la espada de Percy y levantó un estallido de chispas. Él era más fuerte, pero de golpe el hijo de Poseidón sacó fuerzas de la nada y le dio un empujón y una estocada. La hoja de Contracorriente le golpeó tan de lleno en la coraza que abrió una hendidura en el bronce celestial. El titán dio un pisotón en el suelo de mármol y el tiempo se ralentizó.

Percy quiso seguir presionando pero se movía a velocidad glaciar. A quien no afectaba tanto aquel movimiento era a Dante quien arremetió contra el titán, como si la ralentización no le afectase. Cronos intentó alejarse para recuperar el aliento pero el mayor de los semidioses presentes no se lo permitió - Si piensas que te voy a dar un solo segundo... Estás muy equivocado - dijo el chico mientras le alcanzaba con una patada en plena cabeza, lanzándole por los aires - Tal vez tú seas más antiguo que yo... Más sabio y poderoso... Pero si estamos hablando del combate cuerpo a cuerpo. Yo soy el más fuerte -

Cronos se levantó agotado - No lo hacéis nada mal, pero cuanto tardaré en alcanzarte, Monarca - se levantó como una exhalación y arremetió contra Dante. Este levantó su katana para bloquear el ataque descendente. Sin embargo, en mitad del golpe y casi desafiando las leyes de la física el titán hizo un giro de muñeca y le golpeó en las manos con el mango de la guadaña, consiguiendo que el hijo de Marte perdiese su arma - ¿Quién decías que era el más fuerte? - preguntó el titán con una sonrisa mientras lanzaba un tajo listo para partir en dos al semidiós.

Como respuesta Dante orientó la palma de su mano hacia Percy. Y antes de que su amigo pudiese decir algo convocó el Toque del Monarca. Percy salió volando hacia Dante y llegó justo cuando la hoja de Cronos impactaba contra su pecho. La onda de choque fue tan brutal que ambos semidioses salieron volando por los aires - ¡¿Qué demonios haces?! - le gritó Percy a Dante mientras se frotaba la cabeza adolorido - ¡¿Es que quieres matarme?! -

El hijo de Marte hizo como si no fuese la gran cosa - Perdón por aprovechar tu invulnerabilidad - dijo mientras se encogía de hombros - La próxima vez dejaré que me corten por la mitad -

- ¡¿Y qué habrías hecho si me hubiese dado en mi punto débil?! - respondió Percy - ¡Ni siquiera te he dicho dónde está! -

- Bueno, esperaba que fueses lo suficientemente inteligente como para no ponerlo en tu puto pecho...

Probablemente habrían seguido discutiendo unos minutos más pero la risa de Cronos les interrumpió - La verdad es que vuestros esfuerzos son merecedores de aplausos - dijo mientras se limpiaba el sudor que caía por su frente - ¡Pero ya es demasiado tarde! ¡Mirad! - señaló los restos de la hoguera y los carbones brillaron otra vez incandescentes. Se alzó una cortina de humo blanco y en su espesor aparecieron imágenes como en un mensaje Iris. Dante vio a Nico y a los padres de Percy, en la Quinta Avenida, rodeados de enemigos y luchando a la desesperada. Más atrás, Hades combatía montado en su carro negro y hacía surgir una oleada tras otra de zombis de debajo de la tierra. Pero las fuerzas del titán parecían igualmente inagotables.

ARES #5 // DIOSES DEL OLIMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora