Dante golpeó el panel del ascensor mientras veía como el número que indicaba el piso en el que estaban no cambiaba - ¿No funciona? - preguntó Helena mientras buscaba con la mirada las escaleras de emergencia - ¿Podrás llegar al Olimpo por las escaleras? -
Como respuesta, Dante metió las manos entre las rendijas de las puertas y de un tirón las abrió - Voy a escalar - respondió mientras tomaba uno de los cables del ascensor - Estoy fuerte. Tardaré unos cinco minutos en llegar arriba -
- ¿Estás seguro de esto? - preguntó Helena mientras se asomaba al hueco del ascensor.
- No hay otra manera - contestó él mientras se preparaba para trepar todo el Empire State, hasta el Olimpo.
Sin embargo, cuando fue a saltar al interior Helena le tomó de la muñeca - ¿Por qué siento que esta es la última vez que te voy a ver? - le preguntó con los ojos llorosos.
Dante se quedó mirándola durante unos segundos. Tomó su rostro con una mano y le sonrió suavemente - Te quiero -
Helena rompió a llorar mientras le abrazaba con fuerza - Eso no era lo que quería oír... - musitó contra su pecho mientras las lágrimas manchaban su camiseta.
- Es lo que quiero decirte - respondió él mientras depositaba un suave beso en su cabeza. Tras unos segundos de abrazo en silencio Dante fue el que se separó - Tengo que irme... Annabeth y los demás me necesitan -
Helena asintió mientras se limpiaba las lágrimas - Corre, sí... Ya te he retrasado mucho tiempo -
- Te quiero - repitió Dante sin perder su sonrisa. La hija de Apolo volvió a mirarle y las lágrimas volvieron a salir. El propio Dante sintió como sus ojos comenzaban a escocer. Y antes de romper a llorar frente a Helena se dio media vuelta y tomó el cable del ascensor - Cuídate mucho, Helena -
Y con aquellas últimas palabras, saltó dentro y comenzó a trepar. La chica se asomó dentro del ascensor mientras veía como el hijo de Marte se perdía en la oscuridad - Te quiero... - le susurró a la nada cuando este despareció.
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Siete minutos. Ese fue el tiempo que Dante tardó en llegar a lo alto del Empire State. Se encontró con el ascensor, bloqueando su entrada al Olimpo. De un puñetazo atravesó la parte inferior del ascensor y lo arrancó de cuajo, dejándolo caer en el vacío. Después, con un movimiento de acróbata se coló en el ascensor frente a las puertas cerradas - Vamos allá - suspiró mientras de una patada abría las puertas de par en par.
Fue a dar un paso fuera justo cuando notó como el puente que conectaba el mundo mortal con el Olimpo estaba casi deshecho. Lo que antes era un camino de baldosas blancas ahora solo era un par de estas, flotando sobre el vacío. Dante maldijo internamente y comenzó a saltar de baldosa en baldosa hasta que llegó a terreno sólido.
Echó a correr por las calles. Había mansiones en llamas y estatuas derribadas. En los parques, se veían árboles destrozados y convertidos en astillas. Parecía como si hubieran atacado la ciudad con un cortacésped gigante. Aunque Dante sabía perfectamente que tipo de arma podía hacer esos cortes. La guadaña de Cronos. Siguió el sinuoso sendero hacia el palacio de los dioses. Dante no recordaba que fuese tan largo. Quizá Cronos estaba ralentizando el tiempo, o quizá era el miedo lo que le producía ese efecto.
Toda la cima de la montaña estaba en ruinas. Habían desaparecido montones de edificios y jardines preciosos. Unos cuantos dioses menores y algunos espíritus de la naturaleza habían intentado detener a Cronos. Lo que quedaba de ellos estaba ahora esparcido por el suelo: armaduras aplastadas, túnicas desgarradas y espadas y lanzas partidas en dos. Entonces, Dante escuchó un lamento lejano y una buena ráfaga de insultos. Cuando dobló una esquina se encontró con Thalía, apresada bajo el peso de una enorme estatua - ¡Dante! - grito la chica al verle.
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ARES #5 // DIOSES DEL OLIMPO
FanfictionProtege a quien quieres... El momento ha llegado. Los ejércitos están listos. Cada pieza ha sido colocada en su lugar, y llega el momento de la batalla donde el futuro del mundo y de la humanidad será puesto a prueba. Quinto libro de la saga Ares.