Érimos 1

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Louis desde hace muchos años que no se sentía así de ligero, libre de una parte del peso que le oprime el pecho con cada respirar, sin embargo, la venganza sigue ahí arraigada en lo profundo de su alma como un virus renuente a dejarlo hasta terminar con su humanidad y oscurecer su alma en el proceso.

Por primera vez a Harry no le molesta el silencio, puede sentir a Koa dentro de él con un comportamiento manso después de aquella revelación, que su Lyko registra como señal de vulnerabilidad en el Alfa, lo cual el Omega no puede evitar interpretar como una muestra de confianza y seguridad en su presencia.

El rizado divaga entre todas aquellas historias que solía contarle su abuela cuando era niño, los residuos de magia que quedaban en la tierra, pero Alfas y Omegas decidían ignorar, al igual de las leyendas sobre las tierras más allá de los 5 continentes de las que nadie habla, ambas cosas jamás traídas a la mesa por miedo de romper con la sensación de seguridad en las manadas.

En fin, Harry piensa que tiene una idea sobre como ayudar al Alfa.

—Creo que debemos visitar a alguien en Érimos.

El castaño, que iba tan inmerso en sus pensamientos, pestañea tratando de procesar las palabras del Omega.

—¿Qué? ¿Por qué?-el ceño del mayor se frunce.—Aguarda, ¿Debemos?-pronto el castaño le dirige una ceja alza al ojiverde.

—Si, debemos.-asiente miemtras sigue caminando dejando al Alfa atrás.—Pensé que ya habías aceptado que no te voy a dejar.

—Pero, ¿por qué?

—No puedo.-es verda el rizado no puede ayudarse asimismo a dejar al castaño y aunque quisiera (que no es así) Koa jamás lo permitiría.—Y deja de hacer preguntas, iremos a Érimos, hay alguien que quizas pueda ayudarte.

—No quiero ayuda.

—Si la quieres.

—No la quiero, Harry.

El rizado se detiene soltando un suspiro forzado. Con todo el coraje que tiene, Harry se acerca al Alfa para tomarlo de la mano, la reacción automática del castaño es safarse de su agarre como si el mero toque le quemara hasta las entrañas, el Omega suaviza su rostro y lo intenta nuevamente, los músculos de Lous se encuentran tensos, pero lentamente eso cambia relajándose poco a poco en el agarra del menor.

—Dejame ayudarte, Louis.-la voz de Harry es suave lo mas cerca a un ronroneo sin llegar a serlo.

Louis se queda quieto y en silencio pensando, mientras Viddar le grita que acepte la ayuda de su Omega, lentamente el mayor se deja convencer y comienza a asentir despacio.

Una sonriza comienza a florecer en los pomposos labios del rizado, su agarre se vuelve más presente en la cálida mano del Alfa, incluso Harry se atrve a enlazar sus dedos y a jalarlo un poco para reunudar su andar.

—Bien, vamos.

Louis se deja guiar por la mano de el menor el la suya, el castaño se siente fuera de si ignorante ante lo que siente, sin conocimiento de la pequeña luz de esperanza que se instala en su alma.

..

Louis odia estas tierras, jamás se atrevería a compartir aquella opinión con Liam, el Alfa originario de Érimos, pero el calor infernal que emanan del continente llegan a ser demasiado para el lobo del norte acostumbrado a la nieve y el frío eterno, si los otros continentes cálidos son una pesadilla, el continente más árido de los cinco es una tortura para el castaño.

La mano de Harry abandono la suya unos momentos atrás cuando el rizado saco su arco dispuesto a cazar un par de liebres, la idea de Louis de transformarse en lobos es desechada por el menor bajo el vago argumento de que podrían reconocerlo por sus pelajes y entonces la voz de que dos lobos puros se encuentran juntos comenzaría a circular por los continentes hasta llegar a oídos del consejo-Si tan solo supieran-igual Louis cree que la verdadera razón es que el ojiverde tiene miedo de que si se transforma y le cede el control a su Lyko entonces no haya vuelta atrás, el mero pensamiento de que su Omega le tiene miedo hace que Vidarr se ponga triste casi que escondiendo la cola entre sus patas, por otra parta Louis esta segunro que Harry no le teme a ninguna parte de el, si no a eso que ninguno puede decifrar lo que es pero aún amenaza con arrebatarle su humanidad.

Después de la caza furtiva y que el castaño comenzara el fuego se disponen a comer detras de un par de rozas grandes y anaranjadas.

—Tenemos que llegar antes del anochecer.

Por instinto Louis volte a ver el cielo, otro de los recuerdos que tiene de su madre es cuando le enseñó a calcular la hora por los rayos del sol, tiene que admitir que en estas tierras la tarea es más fácil ya que no hay tormentas de nieve cubriendo el solo como las hay en casa.

—Quedan un par de horas para eso.

Harry lo mira con un rostro impresionado, sus labios forman una suave sonrisa que trata de esconder, miembros despelleja a los animales, pues no cree que el ego del Alfa necesite crecer.

Después de comer ambos, Omega y Alfa, continúa su camino hacia el misterioso lugar (para el castaño), si esta vez durante la caminata sus cuerpos se mantienen más cerca que en las anteriores bueno pues no se quejarán, incluso si el calor en su anatomía aumenta por la acción.

El rizado se arriesga a iniciar una conversación banal sobre su vida en Atria, en algún punto anima a Louis hablar quien inicia con respuesta secas y con cero información, pero después se suelta un poco pues si ya le dijo a el ojiverde cosas que jamás había compartido con nadie ¿qué son algunas anécdotas de sus aventuras con los idiotas de sus amigo?

Asi pasan el resto del camino el Alfa cuenta la vez que Niall se cayó en un pantano, la vez que Zayn enterró a Liam en la nieve o la vez que cuando eran cachorros su amigo pelinegro trato de trepar un árbol en su forma de lobo y termino mal herido pero el castaño terminó peor por que cayó arriba de él, Harry ríe ante las historias ridículas y el castaño deja que el sonido se cuele por sus oídos hasta inundarlo con una de las más cálidas sensaciones concuerda con Vidar que aquella melódica risa es su nuevo sonido favorito en el mundo.

—Llegamos.

El rizado interrumpe al mayor con una cálida sonrisa, casi pidiendo disculpas por cortar la historia de como sus hermanas le jugaron una broma a su padre y la manera en la que el Alfa líder de las tierras del norte persiguió a sus cachorras por el terreno donde habita la mayor parte de su manada.

—¿Ahora si puedes decirme que hacemos aquí y quien es tan importante como para venir?-el castaño levanta una ceja en dirección del Omega, que en otras circunstancias le parecería algo intimidante, sin embargo, ahora solo quiere pasar su pulgar por el gesto hasta suavizarlo de nuevo.

—Venimos a ver a la chamana.

—¿A la qué?

—Es una de las últimas personas con magia en los continentes, hasta donde sabemos.

—Eso es imposible.

—No lo es, aunque ella insiste que no es magia que es-

—Una conexión con la naturaleza, una que se vuelve más débil con el tiempo, me temo.-interrumpe una voz femenina.

—¡XYLIA!-grita el menor saltando a los brazos de la mujer quien lo recibe con una gran sonrisa y un rostro de adoración que solo las abuelas poseen.

—Hola, Omega.

Louis olfatea el aire disimuladamente, pero no percibe nada más que su propio olor y un delicioso aroma a lavanda y margaritas, que ahora sabe le pertenece a Harry, pero el castaño no logra identificar el olor de la mujer lo cual es extraño, confuso ¿imposible?

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