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Niall lleva días sin dormir más de cuatro horas, de alguna manera sus padres accedieron a darle el acceso a los túneles familiares, y el Omega se la ha pasado leyendo pergaminos, estudiando lenguas antiguas para tratar de interpretarlos, empeñado en encontrar algo que los ayude a derrotar a la amenaza que se avecina.

Liam y Zayn se encuentra entrenando  afuera del pequeño castillo de los Horan.

—¡Eso es todo lo que tienes, Payne!-grita el pelinegro mientras ataca a su Alfa con la espada.

—Omega.-dice en tono de advertencia mientras continúa defendiéndose de los ataques.

—No seas suave conmigo.-el omega puro golpea las piernas del Alfa derribándolo al suelo.

El alfa se recupera rápidamente alejándose del filo de la espada de plata, una de las tres ultimas en los 5 continentes tan antiguas como el hechizo mismo.

—Nunca lo soy, Omega.-dice coqueto y alterado por todo el esfuerzo físico que ha estado haciendo.

Zayn sonríe y da media vuelta hasta que su espada queda cerca del rostro de su Alfa, para su suerte Liam alcanza a detener la espada o ya tendría otra cicatriz ocasionada por su Omega, y no de las divertidas.

El sonido de las espadas chocando se ve interrumpido por el grito de un Omega realmente alterado, pronto Niall sale corriendo del pequeño castillo con un libro antiguo en sus manos mientras grita "¡Lo encontré, lo encontré!".

Las espadas se detienen cuando Liam y Zayn se percatan de su emocionado amigo corriendo por lo verde del jardín, inconsistentemente evitando pisar las pequeñas flores de colores que lo adornan, hasta que llega cerca de sus amigos.

—Gané.-declara el peligro mandando a volar la espalda del Alfa.—Solo para que quede claro, Alfa.-si hay algo que caracteriza al Omega es su actitud competitiva, Zayn besa los labios de su Alfa castamente y se dirige hacia el rubio.

Liam rueda los ojos con cariño ya acostumbrado a que su Omega le gane durante los entrenamientos.

—¿Qué encontraste, Nini?

Niall deja el libro antiguo sobre la pequeña mesa de madera en el jardín, los tres amigos se sienta alrededor en los bancos de caoba.

—Justo aquí, al principio me pareció extraño parece solo un dibujo como tantos en estas páginas, sin embargo, esta hoja está suelta.-el rubio la toma fuera del libro colocando el dibujo sobre la pasta de cuero del libro.—Pero eso no es todo, miren esto.

Niall toma la hoja y la pone contra el sol, un patron único revelándose en el papiro. El rubio voltea a ver a sus amigos con emoción brotando de sus suaves facciones, las cejas del Omega tocan su frente acompañadas de diamantes por ojos y una sonrisa triunfal que ilumina su rostro mientras sostiene el papel como lo más preciado del mundo.

Zayn y Liam se miran entre si con rostros perdidos, miles de signos de interrogación viajando por su mirada. Rápidamente la sonrisa del rubio decae al notar que sus amigos no reflejan la misma cantidad de emoción que él.

—Puff.-bufa el rubio bajando nuevamente el dibujo hacia el libro.—Es el mismo patron que aparece en el pergamino de la profecía.-explica.

—¡Oh, Niall!-grita el ojimiel.

—Si, exacto.-el omega señala con ambas manos, palmas arriba, la cara emocionada del Alfa.—Esa es la reacción que esperaba.-la emoción vuelve a subir por el cuerpo del rubio.

Zayn observa el dibujo detenidamente, trazos de color negro simulando árboles enormes y lo que parece ser un muro de roca o podría ser de otro material, simplemente hay algo familiar en el dibujo que hace la mente del Omega trabajar rápido, arriba del dibujo hay algo escrito que no comprende, con el ceño fruncido el pelinegro lleva su dedo a los trazos.

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