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Cuando los jóvenes salen de la sala de reuniones los líderes dejan salir un suspiro para después reír hacia las ocurrencias del cachorro Horan, bueno ya no tan cachorro.

—Su Omega rubio es todo un caso ¿eh?-se burla Oren Malik con cierto cariño que solo viejos amigos podrían expresar.

—Justo como su padre.-dice el Alfa Horan besando la cabeza de su Omega.

—¿Perdona?-se gira ofendido hacia su esposo.

—Amor, todos aquí te conocen.

Dayan Styles se permite reír, pronto los demás integrantes del consejo se unen.

—Aquellos eran buenos tiempos.-comparte la Alfa Payne con nostalgia.

—Si que lo eran.-sonríe Ann con cariño hacia sus viejos amigos.

—Hasta ese día.-murmura el Alfa de las tierras congeladas del norte, el recuerdo de su esposa taladrando su mente provocando amor y desolación por igual.

—Hasta ese día.-concuerda Ann Styles en un tono triste que hace a su Alfa tomarla entre sus brazos con cariño, La Alfa de ojos jade se deja hacer mientras los recuerdos de aquel día la golpean con fuerza.

Al ver el rostro de la líder de Astilia, los demás viejos amigos permiten que el recuerdo también los invada.

*flash back*

-¿Mami, entonces las criaturas mágicas ya no existen?

La pregunta viene de un pequeño omega rizado con un puchero extremadamente adorable en su rostro, el pequeño esta sentado sobre el regazo de su madre mientras la mujer finaliza su relato.

-No lo sabemos, cariño, tal vez están ocultas esperando el momento adecuado para volver.

-¿Eso crees?-los ojos verdes del cachorro brillan ante las palabras de su madre, una inocente ilusión que hacen sonreír a la mujer con ternura.

-Todo es posible, cachorro.

-Solo hay que creer.-agrega el niño en un susurro que su mamá alcanza a percibir.

-Exactamente.-asiente la mujer alfa abrazando a su pequeño más cerca de ella.

-Eso es lo que mami siempre dice.

-Tu mami es una alfa muy inteligente.

-También eres una alfa inteligente, mamá.

-Y una muy impuntual también.-se escucha la voz de otra mujer detrás de ellos antes de que Ann pueda decirle algo más al cachorro.

Ann voltea a ver a su esposa con una sonrisa. Mientras el rizado corre emocionado a los brazos de la alfa pura que acaba de entrar a la habitación.

-Lo lamento, alfa, pero nuestro cachorro quería un cuento antes de su siesta de mediodía.

-¿Así qué tu eres la razón por la que mami a tenido que esperar a mamá por tanto tiempo, pequeño omega?-Dayan levanta una ceja hacia el niño que sostiene en su brazos tratando de lucir intimidante, pero no lo logra pues la pequeña sonrisa y el amor en su rostro la delatan.

Aún así el pequeño omega comienza a jugar con sus deditos sin mirar a su mami a los ojos.

-Es que me gusta mucho esa historia.-opta por contestar para después hacer un pucherito.

Danae se dirige al sillón donde se encuentra su esposa, se inclina hasta dejar un beso en los labios de Ann para después regresar al cachorro al regazo de su mamá.

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