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Llevan una hora subiendo la montaña de piedra, las brujas nativas continúan insistiendo que están cerca, ¿cerca de qué?, esa es la verdadera pregunta, una que Harry se ha hecho a cada paso que da, pues lo único que ve es piedra y más piedra.

Las brujas caminan delante de ellos con tranquilidad, como si fuera cosa habitual y tal vez lo es, pues el supuesto destino es su refugio en las montañas, uno en el que llevan resguardándose años desde la guerra negra.

—¿Estás bien?-el rizado siente la cálida mano de Louis en su espalda, puede sentir su cuerpo relajarse ante el toque de su Alfa, sus músculos cansados agradecen el momento de relajación.

—Tengo buena condición física, pero estas malditas rocas.-se queja el Omega dejando que el brazo del ojiazul que enreda su cintura lo jale consigo por el camino de tierra.

Louis lo mira con ternura, algo preocupado por su Omega embarazado, el rizado luce agotado y el sudor en su frente en este clima frió le hacen saber al mayor que el ojiverde no puede dar un paso más, no si él puede evitarlo. El castaño detiene su andar deteniendo a Harry con él. El Omega lo mira con duda en su rostro, no entiende por que su Alfa lo ha detenido cuando ahora ya habrían podido estar más cerca de su destino y haber finalizado con esta tortura.

—Sube aquí, Omega.-el ojiazul se coloca de espaldas frente el ojiverde, señalando que suba a su espalda.

—No es necesario, Lou, estoy-

—Cansado, Omega, eso es lo que estás. Ahora ven aquí, bonito, déjame ayudarte.

—Bien.-asiente el Omega con un puchero.—Solo por que tu cachorro es quien ha disminuido mi condición para escalar montañas.

Louis ríe ante sus palabras, y lo que apuesta es un puchero en el rostro del rizado, pero eso no impede que en el momento que el rizado embarazado salta en su espalda toma los muslos de su Omega asegurándolo en sus brazos para después caminar colina arriba siguiendo a la bruja que le prometió llevarlo con su madre. Niall, Zayn y Liam se encuentra caminando en forma de lobo detrás de ellos. A el rizado le encantaría caminar en su forma de lobo todos estos kilómetros, pero su pequeño cachorro aún es muy pequeño como para transformarse en su interior junto con él, para eso tiene que esperar un poco más de tiempo, por lo tanto aprovechara el transporte que su Alfa parece proporcionar con gusto.

A parecer el Omega se ha queda dormido pues cuando despierta, ya no cuelga más de la espalda de su Alfas si no que ahora se encuentran pecho a pecho, el Omega mantiene su muslos aferrados a las fuertes caderas del menor mientras sus brazos rodean su cuello de manera casi instintiva.

—¿Lou?

Murmura el rizado con sus pomposos labios pegados al cuello descubierto y algo babeado del Alfa. Louis sonríe al sentir a su Omega despertar en sus brazos y su adormilada voz rozar su oído.

—Ya llegamos, Omega.-dice con tanto amor el mismo Alfa que no hace mucho tenía el corazón vacío y un alma sin esperanza.—Despierta.-el mayor besa la sien del Omega en sus brazos haciéndolo ronronear.

Harry esta luchando contra su mente adormilada, pero su lugar en los brazos de su Alfa es demasiado cómodo como para despertar por completo, sin embargo, su paz se ve arruinada cuando el castaño lo comienza a bajar de sus brazos haciendo que sus pis toquen el piso rocoso nuevamente, el rizado se queja pero sede y en ese momento Harry es conciente del ruido a su alrededor.

Sus ojos se abren con tanta rapidez que no le sorprende el breve mareo que lo golpea, se encuentran dentro de una montaña, en una clase de ciudad construida a base de piedras. Es algo colo lo que nunca había visti en ninguno de los cincl continentes, hay lamparas de fuego incustadas en las paredes de roca, agujeros que permiten la entrada de oxígeno y un poco del calor y sol del exterior, plantas se adiheren a las pares saciando su sed con la humedad de la montaña y cientos de personas ascienden y descienden las firmes escaleras qu ele dan estructura a la ciudad. Sus ojos miran todo sorprendido, los seres que van a pie por ahí lucen extravagantes con sus ropas huagas de colores peculiares y sus cientos de joyas encima, lucen mágicos.

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