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Marcus



No podía evitar contenerme, cuando estaba cerca mía mis hormonas se disparaban, y después del lo que ocurrió aquel día en mi coche sentí que ya nada volvería a ser lo mismo.

Cuando me había besado y no había podido reaccionar, miles de pensamientos rondaban mi cabeza. Nunca había empezado a sentir aquello, y me asustaba que ella fuera diferente. Me asustaba que ella despertara en mí todos aquellos sentimientos que creía inexistentes.

Pero no pude reprimirme mucho más.


Del mismo modo, cuando vi aquel hematoma en su brazo, una alarma se encendió en mi interior. Sabía que no se lo había hecho cayéndose, conocía muy bien los hematomas, en el instituto fue algo bastante recurrente, y ni siquiera era un golpe seco, se notaba que alguien se había pasado con la fuerza que había empleado. Y una rabia invadió mi cuerpo, simplemente sentí como si me hubieran hecho daño a mí también.

Eso me asustó, no me gustaría que se repitiera lo de Maddie, y que esta vez fuera peor.


Pero ni siquiera pude hablar con ella, se marchó de casa enseguida. Quizás la había asustado, pero sólo quise protegerla. Sentí que debía hacerlo.


- Bueno, ¿Cuándo te darán el título de profesor de matemáticas? Dijo Janne divertida cerrando la puerta a sus espaldas.

Yo reí y negué con la cabeza mientras me pasaba la camiseta por los hombros.

- ¿Qué tal estás? Dave me dijo lo de tu padre

Yo suspiré.

Joder, Dave. Le pedí expresamente que no le dijera nada a Janne. Sabría que se preocuparía y que intentaría ayudarme. Pero yo no quería. No quería tener ninguna relación con mi padre, y sabía que ella era partidaria de que le diera una segunda oportunidad.

- No hace falta que te preocupes Janne, está todo bien. No voy a volver a hablar con él. Me lo dejó muy claro el día que se presentó borracho en mi casa.


Hacía tan solo unos días, se había presentado borracho en mi casa, pidiéndome que le dejase dinero y que le dejase dormir allí. Ni siquiera sabía cómo había encontrado mi dirección, y creo que era mejor así.

No iba a tener contacto con él, ya no era mi padre. Dejó de serlo hace mucho.


- Vamos Marcus, estoy segura de que simplemente estaba asustado, eres lo único que le queda. Dijo avanzando hasta mi posición.

- Sabes que no me gusta que le defiendas Janne. No es un buen hombre, nunca lo ha sido.

- No le defiendo, pero intento entenderle. Le van a desahuciar Marcus, y tú eres lo único que le queda.

- Pues que se busque a alguien. Mira mi madre qué bien lo hizo.

Ella suspiró

- Escucha sé que lo haces por mi bien. Pero yo no quiero tener nada que ver con él. Es un borracho que solo quiere dinero para alcohol. Ni siquiera sé si nos mintió en el desahucio.

- ¿Cómo iba a engañarte con algo así?

- No lo conoces lo suficientemente bien.

- Mira Marcus, sé que jamás podrás perdonarle, pero por lo menos escúchale. Escucha lo que tiene que decirte, a lo mejor le entiendes.

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