Marcus
☆
Acababa de llegar a la fiesta y me había servido una cerveza sin alcohol en uno de esos vasos rojos.
Entonces vi a Dave entrar por la puerta, y le seguían tres chicas vestidas de colores, una de ellas, como siempre, me llamó especialmente la atención. Estaba guapísima con esa peluca, se parecía a Mia Wallace.
Pero sabía que aún más, hoy debía alejarme de ella. Tenía que enfriar todos los sentimientos de la manera más rápida posible.
- Hola tío, ¿Ya has llegado? Me dijo Dave
- Sí, hace un rato. Respondí sin evitar fijarme en como Natalie cruzaba por delante mía con Janne y Morgan sin dirigirme la mirada.
Dave se dio cuenta y se giró.
- Oye, ¿Pasa algo con Natalie?
Dave era mi mejor amigo, y si había alguien a quien no podía ocultárselo, era a él.
- Escucha... Natalie y yo nos hemos acostado.
- ¡¿Qué?! Como se entere Janne... Me advirtió
- Eso es lo de menos. Aquí el problema es que... no me la puedo quitar de la cabeza.
Su expresión se relajó y me miró con el ceño fruncido.
- ¿Crees que te puede llegar a gustar?
- Joder claro que me gusta, ¿Tú la has visto? Pero ese es el problema.
- Marcus, deja de ser tan frío. Permítete disfrutar de algunas cosas.
- No puedo Dave. No puedo permitir que vuelva a pasar lo de Maddie, otra vez no.
- Oye, es normal que tengas miedo pero...
- Tengo que quitármela de la cabeza cuanto antes. Y ya sé como. Dije esquivándole y dirigiéndome hacia una chica rubia que se apoyaba en una de las columnas que tenía aquel salón.
Sin pensármelo dos veces me interpuse entre ella y su amiga. No tardé más de cinco minutos en conseguir que pegara sus labios a los míos.
Y de verdad que intenté que me gustara, intenté que fuera igual o mejor, pero fue imposible. Y para colmo, cuando me giré, vi a Natalie y a Janne observándonos con el ceño fruncido. Quizás ya le habría contado todo a Janne, y ambas me fulminaban con la mirada viendo como intentaba olvidarla besando a otras.
- Bueno, ¿No vas a decirme cómo te llamas? Me preguntó la rubia.
- Marcus.
- Yo soy Daphne. Respondió con una sonrisa.
Si el beso no había funcionad, quizás habría que probar con algo más. Si no podía olvidarme de Natalie aquella noche a base de alcohol, lo haría de otro métodos.
- Oye Daphne, ¿Quieres subir arriba?
- Claro. Respondió.
Subimos a una de las habitaciones, la primera que encontramos libre, y nos encerramos dentro.
Juraba que pensaba que aquello iba a ser suficiente, pero no podía parar de pensar que podría ser Natalie, y no aquella chica. No podía parar de pensar que Natalie estaba abajo, quizás algo enfadada por lo brusco que fui el día anterior, pero estaba ahí, y ahora mismo, era la única persona que quería besar.
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VEGA
Teen FictionNatalie lo tenía todo, hija de una de las empresarias más importantes del país y heredera de una importante fortuna, pero no era feliz. Y jamás creyó que lo único que necesitaba para volver a ser feliz tendría nombre y apellidos, y viviría en Caroli...