Natalie
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Debía cumplir con lo que decía, así que tuve que ir con Tyler y su familia a estrenar su nuevo yate. Aquella ciudad estaba algo alejada de Capitol Hill, pero llegamos bastante rápido en su avión privado.
Aún no había respondido a su pregunta, y aunque no había vuelto a mencionar el tema, sabía que esperaba una respuesta.
Pero ni siquiera sabía que responder. No quería casarme con él, joder, ni siquiera le conocía. Pero tampoco quería decepcionar a nadie. Así que la opción mas viable que contemplé fue posponer esa decisión.
Llegamos al barco, que contaba con algo más de cuarenta metros de largo. Era negro y blanco con algunas decoraciones en gris metálico. Sin duda era un barco precioso.
Tenía cuatro plantas, en la más baja se encontraban los camarotes y los baños.
En la siguiente planta, estaba el salón y la cocina, ambos bastante grandes.
Una más arriba encontrábamos uno de los puestos de control y otro salón, un poco más pequeño. Esta planta contaba con una pequeña terraza en la popa, que en términos coloquiales era en la parte trasera del barco. También contaba con una zona para tomar el sol.
En la última no había mucho, un pequeño mirador y otro puesto de control. Y según me habían dicho, esta zona se denominaba "Fly"
Después de enseñarme con detenimiento todo el barco, zarpamos.
Jamás me había subido a un barco, y aquello fue increíble. Sin contar que el barco era precioso y gigante a partes iguales. Me sorprendió el simple hecho de navegar con un barco.
Tras unos minutos de travesía llegamos a nuestro destino, que no estaba muy alejado de la costa.
- Aquí fondearemos, ¿Qué te parece, Natalie? Me dijo su padre
- Genial. Dije con una sonrisa sin saber muy bien qué significaba aquello.
- Espero que te haya gustado el viaje. Dijo entonces Tyler
- Me ha encantado. Nunca había viajado en barco
- ¿En serio? Bueno nunca es tarde para la primera vez. -Dijo mientras se quitaba la camisa que llevaba- ¿Te bañas?
- ¿Bañarnos?
- Sí. ¿Trajiste bañador, verdad?
- Sí, sí claro. Bañador.
- Genial. Pues te espero abajo. Dijo desapareciendo de allí.
Yo me metí en uno de los baños, que resultó ser más espacioso de lo que pensaba.
Me quité la ropa que llevaba y me quedé en bikini frente al enorme espejo que había colgado en la pared.
Ni siquiera sabía por qué había aceptado estar allí. Pero supongo que me vendría bien no quedarme en casa y no pensar en todo lo que había pasado. Me había costado mucho no volver a llorar por las noches y permitirme estar bien de vez en cuando. Aunque me seguía doliendo pensar en ello y me costaba no llorar cada vez que lo recordaba.
No me había sido fácilmente intentar olvidarme de alguien que en un momento significó tanto. Y aún más sabiendo todo el daño que me había hecho.
Becca no paraba de decirme que si de verdad me quiso, jamás me habría hecho tanto daño. Y quizás tenía razón. Él jamás me había querido, quizás simplemente lo fingía. Aunque al fin de al cabo, si siquiera fui relevante, simplemente fui la segunda opción.
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VEGA
Teen FictionNatalie lo tenía todo, hija de una de las empresarias más importantes del país y heredera de una importante fortuna, pero no era feliz. Y jamás creyó que lo único que necesitaba para volver a ser feliz tendría nombre y apellidos, y viviría en Caroli...