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--- Another Love. - Tom Odell--


Querido Marcus,

Ojalá pudieras leer esto. Para que supieras todo lo que nunca te dije, y todo lo que quizás debía haberte dicho antes. Por que ya es muy tarde.

Me hubiera gustado despedirme, decirte que estaría bien, y que no te preocuparas por mí. Pero quizás me fui muy pronto. Te alejaron de mi, y sentí como las luces y las sirenas de la ambulancia, cada vez estaban más lejos, y yo cada vez... era menos yo.

Tenía miedo, y estaba asustada. Estaba sola. Y no pude de pensar dónde estabas hasta el último segundo.

Me hubiera gustado poder abrazarte por ultima vez sabiendo que era el último abrazo, por que no te habría soltado. 

Me hubiera gustado poder enumerarte todas las cosas que me gustaban de ti, y lo feliz que fui a tu lado. Pero no pude. Por eso hago esto.


Me encantaba mirarte a los ojos. Sentía que podía ver a través de ellos. Si lo hacía, podía averiguar como te sentías sin necesidad de preguntarte. Como decía Cicerón, "El rostro es el espejo del alma, y los ojos, sus delatores"

Y me encantaría poder recordarlos siempre, ya que me transmitían mucha tranquilidad. A pesar de lo fríos que eran, lograban calmarme instantáneamente. Sabía que mientras los viera, estaría a salvo, estaría en casa.

Siempre me encantó tu sonrisa, y seguramente sea lo que más eche en falta. Pero espero que no dejes de sonreír. Espero que encuentres a alguien que te haga feliz, y alguien que te quiera tanto como lo hice yo. Y que lo que más disfrute del mundo sea tu sonrisa. Espero que vuelvas a ser el mismo chico divertido e inteligente. Que vuelvas a salir de fiesta, pero sin beber alcohol, que por fin aprendas a surfear, que cumplas tus metas y viajes a donde quieras, que asistas a un partido de los Chicago Bulls, como siempre me dijiste que querías. Quiero que vivas la vida al máximo por los dos, que saltes y corras por mí, que viajes hasta donde siempre soñaste y cuando llegues al destino, te acuerdes de mí, y me recuerdes con una sonrisa, por que es lo que hago cuando pienso en ti.


Quiero que vivas la vida que siempre soñaste, que te cases y tengas hijos con alguna mujer preciosa que te quiera tanto como yo, y que tengáis unos hijos preciosos, y que llames Nick a tu hijo, por que, seguirá siendo el guapo de la clase.

Quiero que puedas comprarte una casa en Florida, y la llenes de birretes de graduación, y que después puedas contarles a tus hijos por que los tienes colgados de la pared. Que les enseñes y eduques, por que estoy segura, que serías el mejor padre que pudiera tener alguien nunca.

Y quizás nuestros Nick y Vega jamás llegaran a existir, pero eso no importa. Tu tienes la oportunidad de crear la familia que siempre quisiste, y espero que lo hagas con una mujer que te adore, y que piense lo mismo que yo. Me encantaría poder saber quién es la afortunada, y me encantaría conocerla, para poder saber que eres feliz.

Tampoco podremos casarnos, pero sé que en otra vida, seríamos una familia preciosa, viviendo en Florida, en nuestra casa llena de birretes con Nick y Vega correteando por allí.

Quiero que les enseñes a tus hijos todo lo que te enseñé yo sobre las estrellas, por que ya eres todo un astrónomo. Quiero que cuando mires al cielo nocturno pienses en mí, y recuerdes todos aquellos datos que tanto te gustaban, y que ya jamás podré contarte.


Me quedaban tantos datos por contarte, tantas cosas que decirte, tantas risas que compartir, nos quedaban tantos momentos por disfrutar juntos... que se habían evaporizado en un segundo.

Quería decirte tantas cosas, quería enseñarte tantos datos que jamás tendré tiempo suficiente para enumerar todo lo que nos hemos perdido por culpa del destino.

Pero no te sientas culpable, fui yo quien decidió coger el coche, quien no miró a la carretera, y quien no reaccionó hasta el último segundo, cuando ya era tarde.

Ojalá aquello nunca hubiera ocurrido, y en vez de decirte todo esto, simplemente te preguntara qué había para cenar. Pero las cosas habían cambiado. Y yo ya no estaba ahí. No iba a estarlo nunca más.


Me hubiera gustado poder haber estado ahí para ver como te graduabas, y poder ser la primera en felicitarte, o para ver como debutabas con un gran equipo de baloncesto, por que estoy segura que lo harás. Me gustaría haber estado ahí cuando compraras tu primera casa, o cuando cumplieras años, y ser la primera en desearte un feliz cumpleaños.

Ambos sabemos que eso ya no es posible, que yo no voy a volver y que tu seguirás viviendo tu vida allí abajo. Pero no importa. Solo quiero que seas feliz, y que vivas la vida que yo nunca pude terminar. Quiero que disfrutes de cada segundo, de cada bocanada de aire, de cada mariposa que te encuentras por la calle, o de cada batido que te tomas. Por que la vida se desvanece en un segundo, y después puedes arrepentirte de no haber disfrutado lo suficiente.

Aunque no es mi caso, jamás me arrepentiré de los mejores meses de mi vida. Por que fueron, cuando realmente comencé a vivir.


Quiero que hagas todo lo que nosotros nunca hicimos, que seas libre de decidir, que nadie te prohiba tus sueños. Me gustaría poder verte triunfar. Me gustaría poder ver que te has convertido en lo que siempre quisiste. En aquella estrella del baloncesto, que anima a los niños a ser como él. Que debutes con el mejor equipo de baloncesto. Por que eres un ejemplo a seguir, y por que jamás he conocido a una persona tan pura y tan buena como tú. Que siempre antepuso sus amigos y su familia a él mismo. Quiero que todo el mundo sepa lo feliz que me hiciste sentir. Me hiciste sentir la mujer con más suerte del mundo. Me hiciste creer en mi misma, en luchar por mis propios sueños y seguir mis propias metas. Me enseñaste a no dejarme influenciar por nadie y a ser yo misma. Me enseñaste a volver a ser feliz, y te estaré eternamente agradecida. Me hiciste una mejor persona, y finalmente pude convertirme en la mujer que siempre quise ser.

¿Sabes la obra de esa máquina que recoge un líquido rojo dentro de una vidriera? Su única función es recoger todo ese líquido, y está condenada a hacerlo de por vida... o al menos, hasta que aguante.

Yo era exactamente así antes de conocerte. Estaba metida en una vidriera, condenada a hacer algo que no me haría feliz, condenada a quedarme allí para siempre. Pero llegaste tú, y rompiste esa vidriera, y me dejaste libre.

Te estaré eternamente agradecida por ello. Por que me salvaste, me salvaste y me hiciste la mujer más feliz del mundo.


Quizás aquello no durara todo lo que me gustaría, y me fui muy pronto. Pero me bastó con el tiempo que pasamos juntos para darme cuenta de lo infeliz que había sido toda mi vida, de que eras mi vida de escape y mi salvación para sacarme de aquella vidriera.



Sobre todo quiero que seas feliz. Y algún día poder agradecerte los momentos que vivimos juntos, todos y cada uno de ellos. Cuando nos besamos por primera vez en el techo de tu coche, bajo la luz de las estrellas, o cuando me arreglaste aquella pulsera de perlas que tanto cariño le cogí entonces. O, personalmente mi favorito, cuando me llevaste a la ciudad, a aquel ático precioso desde el que se veían todas las luces. Ese día nos hicimos nuestra foto favorita, en aquel fotomatón. Espero no olvidarla nunca.

Por que ya no te volveré a ver, y eso me destroza. Me gustaría al menos poder saber que tal te va. Si has pasado un mal día, si habéis salido todos de fiesta, si has conocido a alguien nuevo... Y es injusto, por que jamás te volveré a ver, y jamás podré volver a hablar contigo, no podré volver a ver tu sonrisa, ni tus fríos ojos... Pero ya no hay marcha atrás, y solo me queda desearte lo mejor. Me queda desearte la mejor vida que puedas soñar.

Y te echaré de menos, siempre. Aunque estaré guiándote. Desde las estrellas que ya conoces. Por que lo que más deseo en el mundo es que tú ahora seas feliz. Seré tu ángel de la guarda, o tu estrella de la suerte. Por que siempre estaré para protegerte y guiarte, desde algún un punto luminoso en el cielo nocturno.

Lo que sentí por ti era real, lo más real que podría sentir alguien. Te quise con todo mi corazón y te amé hasta el último segundo.

Te querré toda la eternidad, Natalie.

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