Natalie
★
- ¡He terminado! Gritó nada más pasar el umbral de la puerta.
Corrió hacia mi para abrazarme. Estaba casi irreconocible de lo eufórico que estaba. Se había pasado el último mes casi sin pisar la casa, simplemente trabajando y estudiando, y por fin había terminado, o bueno... más o menos.
Entonces la puerta sonó
- ¿Quién es? Preguntó mientras yo me dirigía a abrir la puerta.
- De eso te quería hablar. Dije abriendo la puerta
- Buenos días. Soy Michael Woods. ¿Natalie Wright?
- Soy yo. -Respondí.- Gracias por venir
- ¿Quién es?
- Tu entrenador personal, un placer. Dijo él extendiendo su mano.
- ¿Qué? ¿Natalie puedes explicarme de qué va todo esto?
- Necesitas presentarte a ese partido. Pensé que te vendría bien un entrenador personal. Michael es considerado el mejor del país.
- ¿Podemos hablar... en privado? Dijo Marcus arrastrándome con él a la habitación y dejando a Michael solo en el salón.
- ¿Qué pasa?
- ¿Qué pasa? ¿Has contratado a un entrenador personal para mí... sin preguntarme?
- Sí.
- Te dije que no sabía si me presentaría.
- Bueno, pues ahora ya lo sabes. Lo harás
- Natalie, no estoy preparado. Hace tiempo que no juego y...
- Pues por eso está Michael aquí.
- No puedo competir.
- ¿Por qué?
- ¡Por que estoy lesionado!
Me congelé al instante
- ¿Que estás qué? ¿Por qué no me dijiste nada?
- No quería que te preocuparas. Sé que lo hacías con una buena intención...
- ¿Qué pasó?
- Es el hombro. Tuve varios problemas de niño y pensé que estaba solucionado, pero después de diciembre me comenzó a doler y paré de ir a los entrenamientos. Por eso no iba a entrenar.
Suspiré.
- ¿Te... duele ahora?
- No lo sé. Pero después de todo el esfuerzo que he hecho en ese cobertizo no creo estar en forma.
- Disculpad que me entrometa en la conversación, pero es que habéis dejado la puerta abierta... -Dijo Michael para después aclararse la garganta- Bueno, he tenido algunos casos como estos. Podemos hacer un reconocimiento médico, para saber si estarías disponible para jugar o si es mejor que no lo hagas. Entra en el precio.
- Lo hará. Respondí
- No lo haré. Respondí
- Lo hará. Confirmé.
Michael asintió.
- Muy bien. Nos vemos mañana a las diez. ¿Qué os parece? Te envío la dirección por correo.
Asentí y me despedí de él.
Cuando me volví a girar, Marcus me observaba con una ceja alzada.
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VEGA
Teen FictionNatalie lo tenía todo, hija de una de las empresarias más importantes del país y heredera de una importante fortuna, pero no era feliz. Y jamás creyó que lo único que necesitaba para volver a ser feliz tendría nombre y apellidos, y viviría en Caroli...