El agente Rifftod entró en el edificio. Se sentía frustrado, con un inmenso dolor de cabeza y su paciencia estaba al límite. Avanzó a zancadas por el pasillo, y cuando giró a la izquierda para continuar el recorrido se topó con un hombre bajo y moreno con anteojos; su asistente.
—Cordial saludo, jefe —habló aquel forzando una sonrisa. Rifftod rodó los ojos y lo ignoró, pero él siguió insistiendo —. El señor se ha comunicado conmigo. Está a la espera de una llamada suya.
Ese sentimiento repentino de golpear a alguien por la rabia acumulada se instaló en Rifftod. Apretó los puños con fuerza y se detuvo, miró a sus asistente fulminándolo con la mirada. Aquel hombre le extendió el móvil desechable y Rifftod no tuvo otra opción que cogerlo. Sabe que si no hacía la llamada se metería en serios problemas.
Marcó al número que solo él conocía y al tercer pitido obtuvo una respuesta.
—Se comunica el agente Rifftod de la organización, señor. MABS.AA —habló. Al otro lado de la línea solo se escuchaba la respiración de la otra persona.
—Sea tan amable de darme un informe, señor agente —responde la voz robótica al otro lado del teléfono —. Ya estoy al tanto de lo ocurrido con la señorita Alice Merwin, su asistente me ha comunicado acerca de todo.
Rifftod clavó su mirada en el hombre frente a él. Pedazo de mierda ¿Cómo pudo informarle sin su consentimiento?
—¿Cómo puede ser tan inútil? Maldito estúpido. Alice Merwin era la única que nos podía conducir hacia Robert Williams. Te dije que la pusieras bajo tu control ¡Y lo primero que hiciste fue dejarla ir! —lo reprendió el hombre al otro lado de la línea. Rifftod decidió no interrumpir, y no tuvo otra opción que seguir escuchando aquellos insultos. Le resultaba extraño oír una voz robótica decir toda clase de groserías.
El jefe de la organización tomó aire. Dio por terminado el regaño, y con una voz forzadamente tranquila, le dijo:
—Debes solucionarlo de inmediato, agente. Usted sabe perfectamente lo que sucederá si individuos ajenos a la organización se enteran de nuestro proyecto. Será el fin para todos nosotros. Robert Williams es la clave para impedir que la información se propague a medios indeseados, no podemos permitir que Rusia... En fin. Solo haga bien su trabajo.
Y la llamada se cortó.
Rifftod le entregó el móvil a su asistente y antes de dirigirse hacia la sala de control le propinó un fuerte puñetazo en la mejilla.
—Eso te pasa por soplón.
Se dirigió hacia la sala de control. Estaba furioso. En esos momentos era incapaz de controlar sus emociones. Insertó la clave en la puerta de acceso y en cuanto esta se abrió se topó con el montón de ordenadores encendidos. Muchos empleados estaban frente a cada computadora, algunos se encargaban de hacerle un seguimiento a la ubicación de las criaturas, otros se aseguraban de supervisar cualquier tipo de comunicación con el exterior del país. Para ser una base pequeña y poco conocida, contaba con un gran sistema de sabotaje informático.
—¿La operación está en marcha? —preguntó Rifftod causando un silencio momentáneo en la sala. Todos dejaron de teclear y se voltearon a verlo —. Quiero que me muestren grabaciones a tiempo real.
Por órdenes y seguimientos del plan de emergencia, envió a quince escuadras a elaborar la misión de recuperación de las especies. Cada una de ellas estaba conformada por veinte hombres, por lo que literalmente mandó a la mayoría de sus refuerzos.
La pantalla enorme se encendió. Uno de los empleados sincronizó la comunicación con uno de los soldados que estaba en plena misión.
—Señor, estamos acercándonos al objetivo —informó aquel hombre, el cual desconocía.
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Falla en el laboratorio [Saga descontrol #1]
Science FictionCuando la tercera guerra mundial estalló, el daño fue descomunal y casi irreparable. Cinco años han pasado luego de ese terrible suceso, pero aunque todo haya vuelto a la "calma", el odio entre las naciones aun sigue incrementando y solo es cuestión...