Cap 14: Contrato Matrimonial

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Un dolor intenso avanzaba por su cabeza mientras abría los ojos, al abrirlos por completo todo a su alrededor giraba sin control, estaba aturdida, solo era capaz de oír un intenso pitido por ambos oídos. Mientras trataba de ponerse de pie del suelo parpadeaba continuamente tratando de que su nítida visión regresara, algo que poco a poco le funcionó. Se quedó estática al ver lo que la rodeaba, más aún cuando momentos después su audición también regresó.

Los gritos de desesperación se oían por todas partes, las únicas luces que alumbraban las calles de la ciudad eran debido a los edificios, ahora ruinas, que ardían en llamas que se propagaban lentamente sin parar.

Entró en pánico, su cuerpo comenzó a temblar por el miedo, no sabía dónde estaba o a donde ir. Las personas a su alrededor huían desesperadas, comenzó a mirar a su alrededor hasta que su mirada se posó en alguien, un hombre de cabello negro que portaba una armadura desgastada, sin pensarlo comenzó a correr hacia él a la vez que lo llamaba.

- ¡DAREK! - comenzó a llamar al joven que se encontraba a metros de ella- ¡DAREK!- Siguió corriendo tanto como pudo hasta llegar a él, éste al verla la tomó entre brazos.

-Hanna ¡¿Qué haces aquí?! Te dije que te fueras junto a Ethan- se separaron del abrazo para verse a los ojos mientras él la tomaba por los hombros.

-No podía irme sin ti, no puedo dejarte atrás- lágrimas amenazaban con derramarse.

- Tienes que hacerlo, no puedo irme- a regañadientes la dejó ir- debes marcharte ahora, antes de que la batalla empeore...- sus palabras desbordaban preocupación.

-No quiero, no quiero que vayas ¡Es un suicidio!- esta vez ella lo tomó de los hombros, aunque por la diferencia de altura era algo difícil- Escapa conmigo, por favor... te lo ruego.

-Lo siento Hanna- la voz del joven se escuchó romperse, llevó sus manos a las mejillas de ella- Es mi deber como capitán al mando, debo dirigir el combate, no puedo huir de la batalla.

Las lágrimas comenzaron a correr sin piedad por su rostro mientras de fondo aún se oían los sonidos que causaba la guerra a su alrededor- No quiero perderte... yo no...

Las palabras de la joven fueron interrumpidas por los labios de Darek, un beso cargado de amor, pasión, dulzura pero a la vez lleno de tristeza surgió de su unión. Segundos después que parecieron ser perpetuos se separaron quedando sus narices a escasos centímetros, la mirada que compartieron en ese instante fue suficiente para transmitir todo lo que sentían el uno por el otro, suficiente para decirse cuánto se amaban.

Darek bajó sus manos del rostro de la joven hasta sus brazos- ¡ETHAN! - el grito de llamado asustó a la joven, se giró rápidamente y al ver al muchacho nombrado de tal forma, volvió a ver a su amado- Él te pondrá a salvo... Lo siento Hanna- los ojos del caballero rogaban su perdón.

Lo único que podía hacer la joven de cabellos rubios era llorar por su amado, sintió su pecho desgarrarse cuando las manos de el pelinegro la soltaron para ser sostenida ahora por su escolta. Sus miradas se mantuvieron unidas por un momento hasta que Darek tomó aire y por fin tomó el valor para darle la espalda a su esposa, comenzó a alejarse poco a poco de forma lenta, le dolía el corazón al saber que no regresaría junto a ella.

-¡TE ESPERARE!- su voz se desgarró debido a las lágrimas y la opresión en su pecho- ¡NO IMPORTA EL TIEMPO QUE ME TOME, AUN SI NO REGRESAS, TE ESTARÉ ESPERANDO!

Darek se detuvo al oír las palabras de Hanna, sus labios temblaban al oírla, no quería darse la vuelta, sabía que si lo hacía no podría ser capaz de marcharse. La garganta comenzaba a dolerle, cerró sus manos con fuerza al igual que sus ojos para contener las ganas de salir corriendo hacia ella.

La Dama MalditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora