P.O.V ROWER
Hace unos cuantos minutos que Rouse y la Emperatriz se habían marchado del salón, desde entonces se habían encontrado hablando de temas políticos entre y de cada imperio.
-Nos pusimos a hablar de política y terminamos ahuyentando a las damas que nos acompañaban- Daylon cambió el tema de conversación.
-Probablemente estén tomando té en el jardín, habitualmente este es el horario en que Elaisa lo hace. Además de que deben de tener bastante de qué hablar- Cedric habló.
-¿Entonces qué opinas Cedric?- Daylon lo cuestionó.
-¿De expandir los puertos de Urbel? Me parece una gran idea solo tendríamos que...
-No, no de eso- Lo interrumpió- Hablo sobre la Señorita Beckham, se ve como alguien decente.
-No se ve como alguien decente, es alguien decente- remarcó las palabras al hablar- Rouse es magnífica, es amable, inteligente e interesada en lo que hace- le explicó a ambos Emperadores.
-Al parecer está muy decidido a casarse con ella. No quiero ser el villano de la historia y no permitirles casarse- tenía una sonrisa sínica en el rostro, se puso de pie de su lugar- Así que lo acepto, tienen mi bendición.
Rower se puso de pie, teniendo que tragarse lo que de verdad quería decir dijo- Se lo agradezco Emperador Cedric.
- Esto es maravilloso, en hora buena- Daylon palmeó el hombro del duque.
Un par de golpes en la puerta los interrumpió, Cedric dio la orden de paso y quien estaba detrás de la puerta se dejó ver.
-Emperador Daylon- era el concejal de Di Obelia- Siento interrumpirlos pero necesito que el Emperador venga conmigo unos minutos.
-¿Sucede algo Adam?- se acercó a él.
-Llegaron unos documentos que necesitan su autorización de forma urgente.
Daylon suspiró pesadamente- De acuerdo, vamos- antes de salir por la puerta se volteó a verlos- Regreso en un instante.
-Bien, por fin nos quedamos solos. ¿Tiene algo qué decir Duque?-Cedric se sentó en uno de los sillones individuales cruzando las piernas.
-No tengo nada de qué hablar con alguien como usted- se quedó de pie ignorándolo.
-¿Alguien cómo yo?- se rio descaradamente de sus palabras- Usted y yo no somos tan diferentes, cargamos con pecados similares.
-Hay una gran diferencia entre usted y yo- comenzaba a hervir de ira, apretaba los dientes para mantenerse cuerdo.
-¿Ah, sí? ¿Cuál? No me digas los motivos de porqué lo hizo, el amor no es motivo suficiente, no es un motivo real.
-¿Acaso el egoísmo y la avaricia sí lo es? - le respondió, estaba cansado de esa conversación.
-Esa es la única diferencia entre nosotros. Yo he aceptado haber hecho lo que hice por egoísmo y avaricia, pero usted lo niega rotundamente. Eso lo convierte en un hipócrita- le divertía la conversación.
-Se equivoca, yo solo me he concentrado en cumplir mi parte del contrato y vivir mi vida, no lo he manipulado ni tampoco violado, pero usted solo ha hecho lo que quiera sin importarle las consecuencias- apretaba firmemente las manos en forma de puños.
-Increíble, ese es el motivo por el cual ha sido un completo esclavo del contrato y no ha sabido sacarle provecho- sonrió cínicamente-¿Si se ha concentrado solo en su vida cómo no notó que Bagrat está detrás de su prometida?
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La Dama Maldita
RandomSemanas, meses e incluso años transcurrían mientras ella permanecía confinada en la torre de la mansión del Conde Beckham, su padre. Los años pasaron sin que ella pudiese conocer lo que la rodeaba, lo que conocía se limitaba al conocimiento de los l...