Blair junto a otras dos jóvenes mucamas la habían despertado apenas el sol empezaba a alumbrar, se levantó como pudo, a pesar de haber dormido durante un día completo su espalda y piernas aún le dolían.
Por suerte la mañana había comenzado tranquila, desayunó junto a su padre y luego de ello dieron una caminata por el jardín, el cual era hermoso pero no tan grande como el de la mansión principal. Después de un tiempo regresaron a la propiedad despidiéndose para así comenzar los preparativos para la noche.
En cuanto llegó a su habitación la estaban esperando Blair junto a cuatro mucamas más ¿Era necesario tanto personal?
Su pregunta se respondió sola cuando todas se pusieron manos a la obra. Primero comenzaron con un largo e intenso baño, esencia, lociones, flores y más cosas eran vertidas en el agua caliente de la tina mientras una de ellas le lavaba el cabello, cuando el agua comenzó a enfriarse salió de esta, se puso una bata y fue hacia su habitación. Las otras mucamas ya habían preparado todo para la segunda etapa.
Comenzaron a desenredar su cabello, a secarlo y luego a peinarlo para formar algunas ondas, lo dejaron de esta forma para que se terminara de secar, mientras una de las jóvenes se encargaba de arreglarle las uñas de las manos y pies, otra se encargaba de preparar todo lo relacionado con el maquillaje.
Así las horas comenzaron a pasar hasta que el sol empezaba a ponerse en el horizonte. Jamás se hubiese imaginó que la preparación para un baile fuera tan agotadora, ahora venía la peor parte, ponerse el corset.
Contuvo la respiración y las ganas de escapar corriendo de la habitación, se resignó mientras se ponía de pie e iba a su cambiador, al entrar se encontró con un hermoso vestido de color celeste con pequeñas flores blancas bordadas por todas partes, la parte superior era de escote estilo corazón con una pequeña abertura en el medio junto a dos mangas caídas, la falda era larga y voluminosa con grandes pliegues al rededor, era verdaderamente hermoso.
Luego de la lucha contra el vestido, terminar de arreglar su cabello y el retoque en su maquillaje, solo faltaba ponerse los zapatos, una de las mucamas se puso de rodillas frente a ella para ayudarle a ponérselos. Se puso de pie para ir al frente de su espejo, se sorprendió al verse en él, el vestido combinaba con sus ojos azules y a la vez su cabello blanco resaltaba el color de ambos, las mucamas reían y aplaudían contentas por el resultado su señorita, lucía hermosa.
Luego de que las mucamas salieran de la habitación para dejarla a solas tomó asiento en uno de los sofás, Blair se acercó a ella para sentarse a su lado mientras tenía una pequeña caja entre sus manos.
-Mi señorita, tengo algo para usted de parte del Conde- abrió la caja con cuidado, dentro de ella se encontraba un juego de joyería del mismo color que los ojos de Rouse- El Conde los eligió para usted
-¿Por qué se tomó el trabajo de hacerlo? No era necesario- Hablaba a la vez que veía con detenimiento el conjunto
-Lo sé, se puso en búsqueda desde el comienzo de este año, estaba realmente contento el día en que lo encontró - comenzó a sacar cada pieza con extremo cuidado- Por favor permítame ayudarla
-Espera, tengo el collar de mi madre. El Conde me dijo que no me lo sacara- rezó con sus dedos la cadena de éste
-¿Por qué no se lo pone en la muñeca como un brazalete? Recuerdo a la Joven Diana hacerlo
-¿En serio?- después de pensarlo un momento se lo sacó para envolverlo al rededor de su muñeca- Si ella lo hacía no creo que haya problema alguno
Se dio media vuelta para quedar de espaldas para que le fuera más fácil a la dama ya mayor ponerle el collar, volvió a su anterior posición y ésta terminó de ponerle los pendientes a juego, en el instante en que iba a hablar alguien tocó la puerta interrumpiendo el momento.

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La Dama Maldita
RandomSemanas, meses e incluso años transcurrían mientras ella permanecía confinada en la torre de la mansión del Conde Beckham, su padre. Los años pasaron sin que ella pudiese conocer lo que la rodeaba, lo que conocía se limitaba al conocimiento de los l...