26. ❛Flotando❜

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—¿Te acuerdas de mi disfunción eréctil por tres años? —cortó abruptamente. Jin alzó el rostro apenas, incrédulo.



—¿Q-qué? —tartamudeó. Era broma, ¿no?



—¿Te acuerdas sí o no? —masculló sin ganas, pensando en esto como la muy mala idea que era.



—Sí..., por supuesto que sí, ¿cómo no podría? —Jungkook trató de no rememorar en el claro ''¿cómo no podría?''.



—''Si él me pide que lo coja toda la noche, claro que lo haré incluso si no quiero'' —narró cual referencia. Estaba usando las mismas palabras de Jin aplicadas a su propia situación— Durante ese tiempo... —entrecerró los ojos, pensativo— , yo estaba pasando por un muy mal momento. Iba a terapia, la psicóloga me había diagnosticado cuadro depresivo y Taehyung revoloteaba más que nunca alrededor de toda la gente que se le cruzaba. También sentía mucho disgusto cuando debía complacerlo, pero era eso o permitir que alguien más se llevara a la persona que amaba. De todas formas no lo logré como hubiese querido. Mi pene estaba más flácido que un quesillo y sólo terminé preocupando a Tae al punto en que tuvimos que ir al urólogo —murmuró, notándose cada vez más abochornado—. Dices ser patético, pero todavía no haces ninguna de esas cosas que tanto te desagradan; te detuve, ¿no? —rectificó con entretenimiento, chasqueando el pelo del omega con sus dedos y agradeciendo infinitamente que Jin se hubiese ablandado lo suficiente como para permitirle escarbar en sus hebras. El alivio que lo arrasó fue de temer. ¿Por qué le preocupaba tanto que Jin se amigara con él?— Así que déjalo. No sientas vergüenza de ti mismo. El equivocado es Namjoon, no tú. Lo conozco, como amigo es genial, pero como pareja es un verdadero imbécil. Lleva años diciendo que se va a divorciar de su esposo y nunca lo hace —suspiró. Y cuando dejó de hablar, Jin se levantó y lo abrazó del cuello. Jungkook correspondió el abrazo, anonadado. De acuerdo, no esperaba tanto en tan poco—. ¿Qué, tanta lástima te produje? —se burló el alfa en silencio, las puntas de sus dedos picando como jamás en la vida. Eran calambres de anticipación y no sabía si podía rehuir a ellos y fingir demencia. Estaba encantado, su perro corriendo en círculos en su interior.



Jin nunca sabría eso, por supuesto, pero le bastaba con la vergüenza que sentía por ser consciente de sí mismo.



—No, pero ahora estoy muy molesto con Taehyung —suspiró y lo observó fijamente después de haberse separado de su cuello.



Jungkook rio, un cosquilleo bajo plantándose en su abdomen. Jin no estaba enojado con él. No era odiado por él.



El consuelo mental y la mitigación física lo fue todo. ¿Si le atemorizó? Bastante. No tenía ganas de ser consciente de lo mucho que le preocupaba el rechazo de Seokjin. ¿Cuándo había cambiado?, ¿y en qué punto seguiría cambiando si le permitía escalar más? Hace muchos años se había prometido que todas sus energías y aceptación irían enfocadas en Taehyung. Esperaba que eso se mantuviera así el resto de su vida, porque eso era lo único que conocía y estaba dispuesto a aceptar o manejar. Esta sensación era nueva..., o no nueva del todo, sino irregular, anormal. No le gustaba la sensación de incertidumbre. No le gustaba aquello que no estaba bajo su mando, porque eso significaba armarse un lío en la cabeza y estar dispuesto a asumir que habían cosas que le preocupaban más de lo que deberían.

Cuento de hadas inconcebible { KookJin }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora