06. ❛Memorias y errores❜

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Los siguientes días fueron verdaderamente odiosos para Kim, que apenas y conectaba con lo que sucedía a su alrededor. No tenía idea de qué sentir o hacer, porque ahora todo estaba frente a él como una oportunidad para desquitarse. Si era egoísta o no ya no lo sabía, pero en él fluctuaba el deseo por hacer lo que quería y no lo que Jungkook esperaba. Al menos el alfa se veía resignado mientras le decía que podía pensarlo mejor. Eso significaba ALGO para Jin, que entonces despertaba por las mañanas recordando la gran decisión que descansaba en sus manos.



—No pensé que vendrías —el alfa sonrió con alivio mientras se acercaba a él. Lo abrazó familiarmente entretanto Jin guardaba la imagen de su mejor amigo vistiendo de Dios griego, literalmente. Seokjin se dejó hacer, su aliento atascándose a medida que todo en él se crispaba con emoción. Siempre era agradable tener el cuerpo de Taehyung abarcándolo de ese modo y ahora era mil veces más apreciable porque su compañero parecía cargar únicamente con unos cuantos pedazos de tela envolviendo su cintura y surcando su pecho de forma cruzada sin dejar de mostrarse en su totalidad—. Gracias por hacerte un espacio —susurró con una voz angelical que enterneció al mayor. Embobado, no le quitó la vista de encima mientras se percataba de que traía unas lentillas de color azul. Taehyung era un hombre sumamente guapo.



—Tenía libre —musitó de vuelta el omega, su vista descansando en el abdomen marcado del alfa que ahora lo repasaba cuidadosamente.



—Jin..., realmente te ves dulce, una dulce calabaza —se carcajeó abiertamente, tomando sus manos juntas y consiguiendo que el susodicho se ruborizara por la vergüenza.



La única razón por la que estaba vestido como un zapallo es porque tuvo que utilizar el mismo disfraz que ocupó para el día de Halloween de los niños del instituto en el que trabajaba. No había tenido tiempo para gastar en algo innecesario. Siempre era bueno reutilizar. 



La única razón por la que estaba vestido como un zapallo es porque tuvo que utilizar el mismo disfraz que ocupó para el día de Halloween de los niños del instituto en el que trabajaba. No había tenido tiempo para gastar en algo innecesario. Siempre era bueno reutilizar.



—M-muchas gracias —tartamudeó con torpeza, rascando su nuca mientras intentaba inútilmente observar sus propios pies incluso si era imposible. Si decidía continuar con este embarazo, ¿también se le dificultaría mirar la punta de sus pies como ahora?



—¿De verdad no encontraste mejor disfraz? —se burló una voz detrás de Seokjin. El castaño se volteó, sabiendo de antemano a quien iba a encontrar. Suspiró al ver que sus sospechas se cumplían.



—Me lo dice la persona menos original del planeta —lo repasó de abajo hacia arriba con desprecio, haciendo notorio el intento inspección al traje del alfa. Jungkook también se había vestido de Dios griego. Era un chiste.



—Taehyung quería que combináramos —se defendió rápidamente, sus colmillos denotándose tanto que Jin sintió escalofríos de reconocimiento y disgusto. Esos mismos colmillos habían mordisqueado todo su cuerpo hacía semanas. Podía recordar perfectamente cuando los días posteriores a la catástrofe, había tenido que maquillar gran parte de su cuello para no dejar en evidencia las marcas de distintos colores. Las tonalidades habían ido variando cada maldito día, entre rosado, morado, verde e incluso café. Si Jungkook había querido convertirlo en un jodido arcoíris en vez de un humano, había hecho un grandioso trabajo que duró semanas en desaparecer por completo. Y a diferencia del mismo, él no acostumbraba a usar cuello de tortuga, así que había tenido que acostumbrarse a la idea de levantarse temprano para actuar en la maltratada zona. A estas alturas ya ni siquiera podía distinguir los chupetones de los cortes, pero estar viendo actualmente los colmillos de la persona que lo había sellado a su antojo le hacía saber que habían estado ahí. 

Cuento de hadas inconcebible { KookJin }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora