45. ❛Disputa marital❜

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—Jungkook —amenazó la alfa, percibiendo el estado anímico inseguro en su pareja.



—No, Jungkook nada —cortó a secas—. Atrévete a acercarte de nuevo a él y juro que me verás siendo tan desagradable que odiarás haberme relegado alguna responsabilidad en esta empresa, ¿entendiste? Por tu maldita culpa el padre de mi bebé casi termina deshidratado en urgencias —masculló, sintiendo los despojos de la ansiedad recorrerlo nuevamente—. Tiene trancas, ¿bien? No necesitas restregárselas en la cara, él no ha hecho nada para merecerlas.



—Un omega incapaz de controlar sus emociones es un desastre que no sirve —fluctuó vociferante el hombre.



—No te proyectes —crujió con desagrado.



El omega jadeó, demasiado asombrado para decir algo al respecto. Sus ojos se humedecieron un poco. Jungkook confesó sentir el flaqueo en las piernas, y su nariz picó frente a las feromonas naturalmente dulces de su padre ahora convertidas en una amargura afligida. No cualquier tipo de feromonas. Era la fragancia de quien lo había criado: un omega dominante.



—¡Jungkook! —pero el alfa no se inmutó ante el grito de la mujer, que ahora se veía especialmente molesta por ver a su pareja entrecerrando los ojos herido.



—¿Él no es el omega por el cual terminaste suspendido dos veces? —Jungkook no dijo nada— Dios..., sólo mírate —suspiró con decepción el mayor, secándose reservadamente los bordes de los ojos. Era humillante llegar a cierta edad y que todo su descomunal esfuerzo por permanecer de piedra se viera afectado tan fácilmente—. Te sigues comportando como un adolescente. No arruines nada sólo por las feromonas, Kook. Este es sólo tu viejo padre estando preocupado por ti, es todo. —Esta vez se oyó cansado, reacio a buscar una pelea.



—Entonces déjame resolverlo a mi modo —habló con sencillez—. Y deja de pretender que lo sabes todo. No tienes idea ni puta idea. Seokjin es mi amigo —prometió, exasperado.



Su padre alzó las manos en señal de rendición. La Sra. Jeon, particularmente orientada a la reacción de su hijo, lo escudriñó como si estuviera pensando algo. Cuando el cable pareció ser enchufado, el entrecerrar de sus ojos desapareció. Oh, así que era eso.



—Cada uno decide con qué engañarse, hijo mío —es todo lo que dijo el omega.



—Bien entonces —fue lo último que salió de su boca antes de abandonar la oficina.



Oyó el llamado de su madre, pero Jungkook no le prestó atención. Que se jodan los dos. 





Cuento de hadas inconcebible { KookJin }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora