12. ❛Risas primerizas❜

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—¿Cuándo vamos a tomar un descanso? —bufó Jungkook, sintiendo sus brazos entumecidos.



—¿Ya estás agotado? —consultó el omega, volteándose y dejando entrever su desaliñado aspecto. Jin era el más sucio de los dos. De verdad no tenía una sola preocupación por su aspecto— ¿Quieres que te prepare un jugo natural? —sus ojos brillaron ante la idea. Jungkook se encogió de hombros en respuesta y eso bastó para que el omega intentara bajar de la pequeña escalera a la que se había subido para hacer los retoques del final de la pared. Error.



—¡Jin! —socorrió el alfa cuando vio que el omega se desvanecía rápidamente. Aliviado, agradeció que cayera en sus brazos. A continuación lo apoyó en el suelo para empezar a golpear suavemente sus mejillas—, oye, omega de pacotilla. ¡Despierta! —gruñó, empezando a ponerse nervioso por no recibir respuesta. ¿Qué mierda había sido eso? ¿Lo había matado? ¡Pero si ni siquiera lo tocó!— Mierda, mierda —lamentó, tomándolo en brazos y corriendo velozmente a la entrada. Alcanzó a girar el pomo cuando sintió un leve tirón en su delantal. Preocupado, dirigió la vista al omega. Ya casi estaba con un pie fuera del departamento.



—¿A dónde vas? Carajo, sólo fue un desmayo, es normal —musitó apenas, su voz arrastrada, tratando de separarse pero fallando. Jungkook volvió a acomodarlo en su pecho una vez vio que el mayor daba indicios de caer otra vez. Seokjin respiraba con resignación, mirando pálido su entorno—. Me punza la cabeza, ¿podrías dejarme en el sillón unos minutos? —consultó débil. El alfa así lo hizo, revuelto en nervios. Se arrodilló en frente de él después de depositarlo en el sofá. Lo miraba fijamente— ¿Por qué me miras así? Estás pálido —se rio un poco, atreviéndose a tomar la mejilla del alfa para darle apoyo. Jungkook se tensó en respuesta y Jin, incómodo por su reacción, dio ademán de alejar la palma del rostro ajeno. Se sorprendió al sentir la cálida mano de su compañero trepar en su gélida muñeca y mantenerla contra el rostro propio. Había reforzado el agarre. Jin se ruborizó un poco por la vergüenza. ¿Por qué le asombraba tanto? Él había iniciado eso.



—Me asustaste. ¿Qué iba a saber yo que era un desmayo? No te despertabas, ah, mierda —suspiró aliviado—. Estuve a nada de ir corriendo a la clínica o algo así. Ni siquiera llevaba la billetera, no sé cómo pensaba pagar —rio entre dientes como un estúpido, pensativo. Jin le siguió la corriente, todavía sintiendo la piel ardiente friccionando sobre la propia. Era agradable.



—Soy un hombre embarazado, Jeon..., algo como un desmayo es bastante razonable.



—No habías tenido algo así antes —se justificó torpemente el contrario. Jin rio dulcemente y asintió.



—Sí, lo sé, lo siento —se levantó con suavidad tras abandonar el toque del alfa sobre sí. Una parte de él punzó en decepción, pero no la tomó en cuenta por tratarse seguramente de su estúpido omega buscando atención de cualquier alfa que revoloteara a su alrededor. Jeon siguió todos sus movimientos, preocupado—. Iré a prepararte el jugo que prometí, ¿sí? No me mires así, puedes sentarte en la barra y esperar en lo que yo lo hago. —Desconfiado y resignado, el alfa lo siguió hasta la cocina. Al menos lo tendría en su radar para verificar que no se desmayara otra vez.

Cuento de hadas inconcebible { KookJin }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora