50. ❛Juntos❜

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—¿Algo más que necesite saber? —consultó sarcásticamente, sonando muchísimo más quebrado posterior a su casi muerte por atragantamiento. Se oía afónico.



—Bueno..., él siempre suena bastante satisfecho con tu desempeño en la cama. —Sonrió inocente. Jungkook dio indicios de querer estrangularlo. Jin salió disparado cuando vio el fallido intento del contrario por agarrarlo, a continuación riéndose a carcajadas mientras correteaba fuera del alcance de lo que él consideraba el malvado alfa. Su panza rebotaba felizmente entretanto desaparecía por el pasillo para llegar a su cama. Los pasillos se sentían grandes aunque fueran diminutos, ¿la adrenalina? Era muy divertido ver a Jungkook perdiendo los estribos y el control de sus facciones, pero había algo más tierno y divertido que eso y eran sus orejas rojas entretanto el resto de su rostro permanecía sonrosado. A veces era tan puritano, ¿por qué hablar de sexo le incomodaba tanto?— ¡Lo juro, no bromeo! —continuó, queriendo empeorar las cosas, revoloteando alrededor de su colchón y mirando fijamente a su acompañante— Él siempre tontea diciendo esta mierda de que la tienes muy grande y que te mueves muy rico, incluso si sueles usar condón todo el tiempo —chilló, tapándose la boca con diversión a la vez que se rendía en su odisea por escapar de las grandes manos del aludido. Fue atrapado y prontamente arrojado sobre la cama. Las lágrimas empezaron a recorrer sus mejillas, ensimismado en la ridícula situación. ¿Realmente habían empezado una conversación tensa y habían llegado a esto? Quizá ver a Jungkook atragantándose había suavizado todo su jodido cuerpo. A estas alturas Jeon también había sonreído por instinto, su prominente figura liberada en muchas formas. No por lo que Jin decía, porque no podía importarle menos, sólo le interesaba el rostro del omega hundiéndose en risas justo ahora en tanto permanecía bajo suyo.



¿Cuándo el rostro de Jin se había puesto más brillante y más hermoso?



—¿Ah, sí?, ¿y qué más dice de mí? —quiso saber, acomodándose entre las piernas del omega y sujetando el mentón de este con una naturalidad envidiable. Jin, todavía atrapado en su repentino ataque de risas, asintió sin prestar la más mínima atención al repentino cambio en el ambiente.



—Que le gusta cuando gimes en su oído, que ama que rasguñes sus muslos cuando te lo cojes y que aplaude cada vez que aceptas ponerte en sus juegos raros. Ya sabes, muy de Taehyung esa basura —rodó los ojos con entretenimiento, por un momento olvidando que todo lo que decía le dolía un poco más de lo que le habría gustado admitir. Quizá no antes, pero en estos instantes sí; culpaba a las hormonas. Con la duda surcando sus ojos, Jin sonrió desentendido cuando observó que el alfa no se apartaba después de que hubiera terminado su diálogo—. No puedo recordar nada más, pero prometo decírtelo si llega a mi cabeza, ¿sí? —preguntó, menos aturdido por su propia emoción y más aturdido por la circunstancia en sí. ¿Cuándo se habían acomodado tan cerca? Su confusión se incrementó una vez los labios del alfa lo endulzaron, profanándolo. Frágil, cauteloso, cautivador. Incrédulo, abrió los ojos, desbocado.



¿Qué?



Pero no se alejó. Fue automático. Pudo haberlo cuestionado, pero no lo hizo; en ese momento su máxima prioridad era ser consciente de que Jungkook estaba solicitando su permiso de forma bastante sutil. Así que sólo le tocó consentir el beso desesperadamente, su euforia aumentando; y en esa pequeña separación de emociones retumbantes, pudo entender por qué había empezado a reír con tanta facilidad segundos atrás. Era porque Jungkook estaba ahí, con él, que podía permitirse ser tan hormonal como quisiera. Y necesitaba reírse, y necesitaba ser feliz cuando lo acompañara, y necesitaba...., sólo jodidamente lo necesitaba todo el tiempo, incluso si no era correcto que lo hiciera. Pero, ¿realmente podía hacer algo contra eso mientras lo agarraba del cuello y lo empujaba más cerca de su boca? Su boca suave y tibia, sus labios acaramelados, su lengua versada.

Cuento de hadas inconcebible { KookJin }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora