18. ❛Último año❜

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—¿Y entonces, aparecerá Jungkook o no? —preguntó uno de los anfitriones encargados.



Taehyung miró fijamente su teléfono, ojos indescifrables permaneciendo en el panorama. Sólo reaccionó cuando una mano se posó en su hombro. Sonrió automáticamente y se encogió de hombros, desinteresado.



—Lamentablemente tuvo algo que hacer, pero no se preocupen, me encargaré de dar el mejor discurso de la generación —dijo, restándole importancia—. Empiecen cuando quieran.



—¿Y entonces sí se fue con Seokjin? Hace rato vi que encaró a Minhyuk y Hyungwon por estar hablando mal de él —rio abiertamente Yangmi—. Bueno, si yo fuera él también me molestaría que hicieran sentir mal a mi bollito —dijo con simpatía, pensando en su pareja.



—¿Bollito? —interrumpió Taehyung.



—Se refiere a su esposo —intercedió un invitado más, pero Taehyung estaba demasiado ocupado pensando en lo que escuchaba como para notar a alguien más—. Es una cosa que tienen los alfas y omegas. Estoy seguro que entiendes esa particular necesidad de querer proteger algo que es más débil que tú, y por mucho sumamente valioso a tus ojos. Aunque no deja de ser una sorpresa que veamos a Jungkook en esa clase de faceta, después de todo, estuvo molestando durante todos los años de instituto a Jin, ¿no? —Kim se forzó a sí mismo a sonreír, inquieto. Era consciente de lo llamativos que habían sido esos dos antaño, pero no esperaba que todavía fueran recordados por sus juegos estúpidos.



—¿Y a quién le importa eso? Era esperable. Esa maldita química que tenían cada vez que se hacían payasadas el uno al otro —continuó Yang—. ¿No era eso un evidente llamado a: ''hazme caso, me gustas y no sé cómo exteriorizarlo''? Sólo es cosa de recordar cuando una de las últimas jugarretas de Jin salió mal y casi termina golpeado por ese chico de último curso. Bastó para que Jungkook lo defendiera, incluso si ambos eran conscientes de que esa broma de mal gusto iba dirigida a él. Lo veas por donde lo veas no tiene sentido. Si eso no es gustar, ¿qué es? —tonteó entre risas, tomando uno de los canapés del bufete. Taehyung frunció el ceño.



¿Cómo olvidar ese momento? Sucedió antes de que él aceptara los sentimientos de Jungkook y aunque no había sido espectador del asunto por estar recuperándose de un resfrío en casa, la anécdota recorrió a todos los estudiantes como una evidente muestra de amor por parte del alfa al omega.












—¡Mira lo que hiciste, repugnante omega!



Seokjin se alejó dos pasos, mirando con preocupación al chico que le sacaba una cabeza y media de estatura. Había muchas cosas que Jin podía manejar. Esta no era una de ellas, no cuando tenía frente a él a un alfa considerablemente más fuerte en todos los sentidos. Realmente no había sido su intención que la bomba de humo casera que había hecho en casa terminara en la cara de alguien ajeno a Jungkook. De acuerdo, fue un mal cálculo; un pésimo cálculo. Para empezar, era error de Jungkook que se hiciera a un lado ingeniosamente y en su lugar la jugarreta explotara en el rostro de un alfa de su generación.

Cuento de hadas inconcebible { KookJin }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora