UN AMOR EN SUEÑOS

capítulo 14. (Todo cambia)

No sé cuánto tiempo llevo a caballo, o cuánto tiempo este ha corrido, ni siquiera sé dónde estoy, lo único que sé es que me arden los ojos de tanto llorar y me duele el trasero de tanto ir sentada en el caballo, observo a mi alrededor, la grama esta seca y hay árboles alrededor que son muy altos, se escuchan ruidos de animales y del viento, veo hacia atrás donde he pasado anteriormente y se ve oscuro al igual que más adelante.-tengo mucho miedo- no se para dónde ir, cuando de repente escucho el ruido de un animal más cerca, se escucha como si estuviera en un árbol y observo a mi alrededor, cuando veo algo moverse entre árboles, rodeando donde yo me encuentro, decido arriar al caballo para que este corra, cuando lo hago este se para en dos patas y me bota, dándome un buen golpe que me deja inconsciente.

Me duele la cabeza, me la toco para ver si me ha salido sangre y solo siento que tengo un bordito, observo a mi alrededor y veo una pared negra, muy húmeda, el piso esta igual, me levanto y veo una puerta de hierro, intento abrirla pero no puedo, así que toco la puerta con ambas manos y no llega nadie, paso así como unos minutos hasta que aparece alguien que abre esta puerta, yo doy dos pasos hacia atrás y este me observa, es un hombre que mide aproximadamente dos metros y viene vestido de guardia, me agarra de la muñeca, yo intento soltarme y no me suelta.

-Suélteme...¡suélteme por favor! SUELTEME...

Me saca de ese lugar, veo que hay muchos cuartos igual en el que yo estaba, hay un pasillo en medio y hay muchas puertas alrededor de este, cruzamos como tres veces, unas veces hacia la izquierda, otras hacía derecha y una última vez hacia la derecha, hasta que hay una puerta en medio, igual a las anteriores y este guardia toca la puerta, se abre una ventanita en la parte superior de esta; se abre la puerta, el guardia me saca, veo que hay luz; me quedo siega por un instante, hay una calle donde pasan personas y caballos, el hombre hace que me cruce con él, hay un callejón en medio de casas echas de roca negra y grises, hay gente vendiendo una variedad de cosas. Pasamos ese callejón y el hombre sigue caminando, observo a las personas vender toda clase de animales, joyas, ropa, y más. Veo que el guardia que me sujeta la muñeca me conduce a un castillo, este igual esta hecho por roca negra.-no sé porque todo es de ese color- cuando llegamos, se abre una gran puerta de hierro esta bastante rayada y hace ruido al abrirse, cuando entro veo que hay muchos más guardias y muchas antorchas, el lugar es bastante oscuro, el piso es gris oscuro, e igual que el reino del Rey Nerobius, hay un hombre sentado en una silla hecha de piedra gris, este se para y me mira fijamente con un semblante serio, tiene su cabello largo, color negro, su piel es pálida como un papel, mide aproximadamente igual al guardia-dos metros- su nariz es respingada, sus labios son rosado y gruesos, tiene ojos color miel, su mirada es dura y oscura.

-Nunca pensé tener a la mujer de Amice-Dice en una forma burlona.

-¡Su mujer! -Repito.- Yo no soy mujer de nadie.

-No he dicho que me contestes, ¿o te hice una pregunta?- Me dice poniendo su mandíbula tensa.

-Yo solo estoy aclarando -Dije con voz fuerte.

-¿Y he pedido que lo hagas?

-No, per...

-Eres mi prisionera, y no tienes derecho ni de mirarme.

-¿Qué?

-Llévala de nuevo al calabozo.

-Espera... No...

Me volvió a sujetar el guardia y me saco del castillo, llevándome de nuevo al mismo lugar.