Capítulo 27. (Cuando desperté)

32 7 0
                                    

-No Elam, no te vayas yo te amo, por favor no me dejes.

El solo me sonríe y ya no siento el agarre de su mano, mis ojos están hinchados de tanto llorar, pero no me importa.

Me aferro a él y grito como nunca lo he hecho en mi vida, tanto así que siento que después de esto jamás podre volver a hablar.

-NOOO...

*****

Me despierto de golpe, el corazón me late a mil por hora, mi respiración es acelerada, aun me tiemblan las manos. Veo a todas partes, estoy en la habitación de Elam. Siento un alivio inmediato, observo al otro lado de la cama y no veo a Elam, así que me dispongo a ponerme la ropa que llevaba puesta anoche y salgo de ahí para ir a buscarlo. Ha de estar entrenando.

Camino hacia afuera pero noto algo extraño en el ambiente, no es el mismo, algo está pasando. Tengo un mal presentimiento así que me apresuro a salir del castillo, observo en todas partes y no se ven tantas personas, no hay ni guardias, solo observo a unas cuantas mujeres que caminan a lo lejos. Me apresuro a alcanzarlas y preguntarles que está pasando.

-Disculpe, ¿no ha visto al Rey?

Ella y otra mujer que está a la par intercambian miradas y luego me miran.

-Está en la guerra- me dice.

Eso sí que me toma por sorpresa, y mi corazón empieza a latir más rápido

- ¿Cuál guerra?- digo incrédula.

-La del rey Neronius.

No...no...no... eso no, yo pensé que lo que paso a noche lo podía hacer cambiar de opinión, lo peor es que él nunca me dijo que hoy sería el día que se enfrentaría con él, si me lo hubiera dicho, hubiera hecho todo lo necesario para que el no fuera a esa guerra, para que él se quedara conmigo, para que se quedara con su gente, con su reino. Solo el hecho de imaginar que a esta hora él ya no pudiera estar con vida, se me hace un nudo en la garganta.

-¿hace cuánto se fueron?

-Cuando amaneció.

-Gracias- le digo.

-Es mejor que empaque sus cosas, este reino ya callo, no hay nada aquí.

Y se van.

Eso explica porque esta tan desolado, la mayoría de personas ya se fueron, todos sabían que hoy Elam se enfrentaría con Neronius menos yo.

*****

-¿Por qué no me dijeron que Elam se iba enfrentar con Neronius hoy?

Me encuentro adentro del reino preguntándole a Moriet porque no me dijo nada de esta dichosa guerra que se dio hoy, ella está parada en uno de los pasillos con unas valijas en sus manos,- está preparada para irse.

-porque él nos dijo que no te dijéramos nada- dicen atrás de donde me encuentro.

Me doy la vuelta para ver quien ha hablado y veo que es Hayat, que de igual manera lleva valijas en sus manos.

Las baja y se dirige hacia mí, y como si nada me abraza muy fuerte, y me dice en el oído.

-Elam dijo que te diera este abrazo.

Deja de abrazarme y me ve a los ojos, me sonríe con tristeza

- El no tuvo valor de dártelo a ti porque sabía que te opondrías, así que me dijo que yo te lo diera, también dijo que si hubiera tenido otra oportunidad no hubiera dudado en estar contigo, que jamás había sentido algo tan especial por una persona hasta que te conoció a ti, y que a pesar que odia a Amice, le agradece que haya sido un imbécil contigo porque si no hubiera sido así no te habría conocido, también que ayer fue la mejor noche de toda su vida, que agradece que su última noche la paso contigo.

Y por último, gracias por enseñarle a amar, nunca pensó aprender.

Eso me quebró, algo se rompió dentro de mí, las lágrimas se escurren por toda mi cara, mi mente se llena de recuerdos con él y duele, duele mucho.

*****

-¿hace cuánto se fue?

-cuando amaneció- eso fue aproximadamente tres horas.

-¿Dónde se iban a enfrentar?

-En el valle de motas, ¿Por qué?- me pregunta Moriet.

- Iré para haya- digo totalmente decidida y me dirijo hacia donde mantienen las espadas.

-No lo hagas- me dice Hayat- Elam no lo hubiese querido.

-Yo no quería que fuera a esa guerra y fue, no le importo lo que yo pensara.

-Es diferente.

-¿Por qué?

Ambas se ven entre si y Hayat contesta.

-El ya no tenía opción, si se quedaba tenía que buscar un nuevo reino. Porque este ya no tiene futuro, y todos los reinos están en contra de él, si se negaba a ir a un reino lo matarían, porque acá, o perteneces a un reino o mueres.

- lo sé, pero no quiero despedirme de él, darle su último beso, decirle que yo con el también aprendí a amar- de nuevo las lágrimas corren por mis mejillas, pero me las limpio rápidamente- sin él no sé qué hacer.

-Te conduciremos al camino más corto para que llegues más rápido. Síguenos- me dicen y eso hago.

UN AMOR EN SUEÑOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora