TRAS DE TI (En Corrección)

Capítulo 45

Albert

Llego a casa de Gabriela y Demian después de una dura noche en donde Susana se apareció y me recordó más de una vez: "¡Albert esa mujer debe de ir a prisión!"

Cansado de escucharla y ver que no salía de mi apartamento, salí yo dejándola sola. Fui a descansar a la base, aunque para ser sincero no pude hacerlo, ya que Gabriela estaba en cada uno de mis pensamientos y no pensaba irse.

Me detengo un momento y es como si hubiera vuelto al pasado, ¡la veo plantando un rosal en el jardín!, contemplo esta escena que muchas veces me llenaba de felicidad, ella al verme corría hacia mí y se lanzaba a mis brazos para darme un beso que después se convertía en una visita a su cuarto, en una tarde y noche apasionada disfrutando de palabras llenas de amor, de sus besos, sus caricias y de su cuerpo, antes me miraba con amor, no como ahora que al alzar la vista y verme a lo lejos en su mirada veo odio y resentimiento, eso me hace recordar que el pasado quedo en el pasado. La veo entrar a la casa con sus herramientas de jardín, yo respiro y la sigo, al entrar no la veo, solo a Madox y Demian

—Ahora sé porque entro con cara de acelga —me suelta Demian divertido al verme

—Que gracioso estas hoy Demian —sonríe aún más y le muestro el dedo corazón— mejor dime en que tanto han estado trabajando —me acerco a ellos para que me lo expliquen todo

—En los planos del lugar, observamos que la forma más fácil como ya lo dijo Madox es por tren —no me agrada la distancia que tendremos que saltar

—Gabriela no podrá saltar, aún está herida —les recuerdo

—Y así he sobrevivido, no es la primera vez que me pasa Albert, no necesito que nadie me cuide, puedo con esta misión —ha hablado el huesito duro de roer

—Te recuerdo que estas herida —le recuerdo— no puedes ir y punto

— ¡Joder! ¡¿Acaso todos piensan ahora que son mis padres para darme ordenes?!

—Yo soy tú hermano Gabriela —le responde Demian

—Yo no he dicho nada —le suelta Madox a la defensiva

—Madox, convenciste a Ana para que me convenciera —le rebate Gabriela

—Esta vez no — pienso en mi hermana y pregunto por ella

— ¿Dónde está Ana Gabriela? —al hacer mi pregunta, veo que Madox no me quita ojo de encima, pero lo ignoro

—Está a salvo

—Pero sola

—La entrene para defenderse y si pasa algo me avisara — ¿Qué?

— ¡¿La entrenaste?! ¡Cómo se te ocurre!

—Ya no es una niña Albert, no es débil y puede pelear si la situación lo requiere

—Y yo la protejo, que no se te olvide Albert —declara Madox enfrentándome

— ¿Cómo la proteges estando tú aquí?

—No sabes nada —dice Madox apretando los dientes — ¡la amo y la cuidaré donde quiera que este!, no la alejaras de mí —ahora sé porque tanta hostilidad

— ¿Eso piensan? —Miro a ambos fijamente— es mi hermana, joder, me preocupó por ella

—Y te comprendemos, si lo deseas puedes hablar con ella —que Gabriela haya doblado las manos rápidamente me sorprende y al parecer no soy el único

—Gabriela... --- Madox la mira asombrado y desconcertado

—Tranquilo, no pasará nada —lo consuela, joder porque no hace eso conmigo— ven, sígueme —veo que se presiona algo en la muñeca izquierda mientras camina directo a su habitación