Capítulo 57

48 5 0
                                    


Gabriela

Siento que me dejan caer en una silla, luego escucho una voz que me deja helada

—¡Retiren eso de su rostro de inmediato! ¡¿Por qué la tienen amarrada?! ¡Desátenla!

Esa voz... esa voz la conozco muy bien, mi objetivo era que me atraparan para poder por fin saber si estaba en lo correcto, pero nunca pensé que me encontraría con él...

Al retirarme el saco que casi me hace vomitar por el olor que tenía, por fin puedo verlo, ¡esto no puede estar pasando! Ciento como las lágrimas caen por mi rostro al tenerlo frente a mí

—Espera... ¡yo enterré a mi padre!

—No pequeña, soy yo, tuve que disimular mi muerte para salvarte, para ayudarte a conseguir el arma y destruir sus planes

—Y dejarme la responsabilidad de todo papá ¿sabes en los grandes problemas en los que me has metido? ¡He tenido que huir más de una vez, por todo el caos que tenías tú encima y luego me heredaste!

—Lo siento pequeña, pero todo se solucionará, solo dame la margarita dorada y terminaremos con esto  —siento que algo anda mal pero no sé qué es ¡mi padre está vivo!

—¿De verdad eres tu papá?  —Se lo pregunto con voz temblorosa aun sin creer esto, él acaricia mi rostro

—Lo soy pequeña, dámela  —saco la margarita que tengo en el cuello para dársela

—¡No Gabriela es una trampa!  —Escucho a alguien gritar y al voltearme veo a Albert correr hacia mi dirección, ¿qué hace el aquí? volteo a ver a mi padre en busca de respuestas, en el preciso momento que lo hago, él se levanta y se quita la máscara que traía puesta al igual que un aparato

—Siempre fuiste una ingenua niña

—¡Sabía que eras tú!  —Me golpea y caigo al suelo, después me arrebata de mala manera el collar con la margarita dorada

—¡Átenla de nuevo! —Pide y veo a tres venir hacia mí, yo aún sigo aturdida por el golpe

—¡Gabriela!  —Escucho a lo lejos la voz de Albert pero aún no salgo de mi aturdimiento, veo que el impostor de mi padre se dirige a la máquina, une las dos mitades de la margarita dorada y las coloca en un acceso

—¿Por qué antes no pude reconocer tu voz?  —él ríe a carcajadas por mi desconcierto

—Cómo has visto antes pequeña  —me muestra el aparato que cambia su voz—  es una maravilla este aparatito, cambia tu voz de manera que nadie te reconozca, como la de tu padre por ejemplo, ahora, veamos cómo funciona esta maravilla y luego la llevaremos al lugar de reunión, seremos imparables gracias a esta maquina

—Y a este pequeño suero  —veo el suero B42 en sus manos ¿de dónde salió este sujeto?

—¿Impresionada? esto es gracias a tu compañero  —pienso en alguien pero no lo creo ¡es imposible! ¡Me niego a creer que él...! pero luego lo veo aparecer y mi enfado crece, si antes lo odiaba ahora lo odio más

—No me veas así lindura

—¡Eres un idiota!  —Escucho a Albert insultarlo, al voltear, lo veo atrapado por dos hombres

—Cállenlo  —lo golpean y solo escucho sus quejidos

—¡Detente, no le hagan daño!  —Imploro

—¡No estás en posición de pedir nada Gabriela!

—¡¿Por qué hacen esto?! ¡Mi padre confiaba en cada uno de ustedes!

TRAS DE TI (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora