TRAS DE TI (En Corrección)

Capítulo 60

Albert

¡No aguanto más!, estoy furioso por la actitud de Gabriela y nervioso. Demian y Madox vigilan en diferentes direcciones por si alguien se acerca a este lugar, no entiendo porque Gabriela le pidió a Madox traernos a este lugar

—Albert, se acerca un auto —me informa Demian, los tres apuntamos hacia la dirección del auto con nuestras armas esperando ver de quien se trata

—¡Soy yo!  —escucho la voz de Ana, sale del auto cargando en sus brazos a ¡mi pequeño! me acerco a ellos y veo por primera vez a mi bebé, lo tomo en mis brazos, lo beso en su pequeña frente y lloro de alegría, él bebé ríe por mi expresión, esta a salvo, su madre es increíble,  ¡es mi campeón! ¡Mío y de Gabriela!... ¡Gabriela!

—¿Y Gabriela?  —La busco con la mirada pero no la encuentro en el auto ¿Dónde está?

—Esto traía el bebé  —me entrega una nota y temo lo peor

—¿Qué dice? —Me pregunta Demian, veo como Madox se acerca a Ana y le pregunta si está bien, esta otra le dice que sí, yo le muestro la nota a Demian, sin creer aun el descaro de esta mujer ¡¿Cómo se atreve?! Demian se molesta al igual que yo pues dice ¡LARGO! Veo a mí alrededor pues no sé dónde me encuentro  —¿Dónde estamos?

—En un hangar, me imagino que preparo un avión para nosotros  —menciona Madox

—¿Acaso no te lo menciono? Según yo se dicen todo  —le digo sarcásticamente

—Tus celos y tu sarcasmo para otro momento Albert  —lo ignoro y empiezo a caminar con mi hijo en brazos, me acerco al avión y leo su nombre

—Ángel, ¿por qué Ángel?  —Pregunto

—Así se llama tu hijo zopenco, Gabriela se lo puso, porque fue un angelito que la ayudo a salir adelante ya que por las estupideces de su padre tenía destrozado el corazón  —otra vez con lo mismo, ¡no le fui infiel!

—No sabes nada Ana  —veo a mi hijo y este alza su manita a mi rostro— Ángel, qué lindo suena   —en el cuello de mi pequeño encuentro una cadena de plata con un dije con la letra de su nombre— ¿qué es esto Ana?  —Se lo muestro

—Me imagino que Gabriela se lo acaba de poner, no lo tenia antes —Demian se acerca y me lo pide

—Dame a mí sobrino Albert  —se lo doy y él le empieza a hacer caras graciosas para que se ría y mi pequeño lo hace. Le quito el collar pues siento algo raro en él, cuando le doy la vuelta observo una abertura pequeña y algo más, saco con cuidado una pequeña pieza de metal que es idéntico ha...

—¡MADOX! ¡DEMIAN!

Gabriela

¡Slap!. Otra cachetada, la verdad ya perdí la cuenta de cuantas me han dado y no sé en qué momento me he quedado inconsciente, solo siento un balde de agua fría que me hace reaccionar

—Despierta pequeña  —veo la burla en los ojos de Julián tengo las manos atadas por detrás en una silla, intento zafarme pero es inútil

—Mira aún no se ha despertado del todo  —siento otra cachetada, pero ahora sé muy bien de quien se trata, de la idiota de Susana

—Las locuras se heredan ¿no Susana?  —Me burlo de ella y esto hace que se enoje ¡qué bien!, pero luego veo que levanta la mano otra vez, cierro los ojos para recibir el impacto, pero este no llega ya que la han detenido

—¡Basta!, a lo que nos interesa  —pide Steven

—Tienes razón hijo —Julián me observa detenidamente—  pequeña espero que no hayas sido tan tonta de haber escondido la margarita dorada en la barca con tu hijo