TRAS DE TI (En Corrección)

Capítulo 65

Querido esposo mío, estaba pensando en las mil formas de castigarte, pero ninguna me pareció la correcta para tratar contigo, así que preferí escapar, pero antes un pequeño acertijo

“En donde el cielo y las aguas se reúnen para ser una sola por la noche, en sus orillas una luz encontraras”.

Veo a mi hermana desconcertado, mientras escucho las risas de los traicioneros de mis amigos, gracias a que Demian y Madox le dejaron el video a Ana para que se lo mostrar a Gabriela cuando ella despertara de la hipnosis, ¡gracias a ellos a pasado esto! ¿qué desean este trio? ¡¿Que mi mujer jamás vuelva aparecer?! ¿Y a que quiere jugar ahora dejándome este acertijo?, deseo verla y estrecharla entre mis brazos, ¡pero me llevo la sorpresa de que ha escapado! Ya perdí la cuenta de las veces que se a ido de mi lado

—Relájate Albert, tardaron más tiempo de lo provisto —mi hermana tiene mucha razón, después del gran descubrimiento tuvimos que dejar unas cosas listas para darle una sorpresa a Gabriela, así que llevamos una semana fuera de casa—  por lo menos ahora te dejo un acertijo, sabes lo que significa

—Desea que la encuentre —respondo a mi hermana

—Exacto, no sé porque ella pensó que tardarían una eternidad en volver, lo arreglo todo y se fue,  ve tras ella hermano

—Eso siempre —me despido de Ana y de estos dos idiotas que luego me vengare de ellos, salgo en busca de mi mujer, solo espero que aun este donde pienso que puede estar.

***

Al llegar donde creo que se encuentra Gabriela bajo rápidamente del bote y empiezo mi búsqueda en esta playa que ambos compramos en el pasado, con el fin de poder escaparnos del mundo y  poder estar solos los dos rodeados solamente del mar y de la vegetación de la isla.

Entro a la casa pero no la encuentro, lo que si encuentro es su equipaje y muchas velas encendidas que le dan un toque romántico a este lugar. Al ver más allá de este ventanal, veo su figura, esta de espaldas a mí, lleva un vestido playero largo color blanco que se ajusta muy bien a su figura, veo como el aire mueve su largo cabello negro al mismo tiempo que acaricia su vestido, salgo de la casa y me dirijo hacia ella, en cada paso que doy siento que ya no soy dueño de mis pies pues estos han empezado a trotar para acercarse a su amada. Cuando estoy casi cerca puedo notar que en sus manos sostiene una linterna voladora, se voltea y me quedo hipnotizado con su sonrisa

—Me encontraste —no puedo aguantar más mis ganas que tengo de besarla, acorto nuestras distancias y me apodero de su boca, siento que al fin he encontrado mi oasis, estoy sediento de ella pero debo apartarme para seguir admirando su belleza 

—Sabes que siempre te encontraré —la recorro con la mirada, admirando su figura que me vuelve loco, al llegar a su rostro puedo ver que tiene un sonrojo encantador

—Puedes dejar de devorarme con la mirada Albert —niego con la cabeza

—Imposible corazón, te vez hermosísima  —su sonrojo se incrementa por mis palabras, la acerco poco a poco a mí, colocando mi brazo derecho en su cintura, ella no aparta su mirada de mis labios, ni yo tampoco de los suyos

—Albert… —puedo notar una súplica en su voz al decir mi nombre

—Gabriela…

— ¿No preguntaras porque sostengo una linterna voladora?  —sacudo mi cabeza para prestarle toda mi atención, pues lo que deseo hacer es otra cosa