TRAS DE TI (En Corrección)

Capítulo 17

Gabriela

Al llegar a mi destino me cambio de atuendo enfrente de Albert, antes me gustaba ver como su respiración se entrecorta cuando me desvestía delante de él y por lo que veo sigue funcionando, al terminar meto todo en una mochila impermeable para no dejar ninguna pista.

—Te diría que fue un placer encontrarte, pero fue contrario, me marcho

Y sin más salto al agua mostrando como siempre mi dedo corazón, me sumerjo y empezó a encender el aparato acuático que me ayudara a llegar a mi destino, pero me detengo al escuchar un chapoteo, Albert ha saltado al agua, en mi interior lo he llamo muchas veces ¡idiota!, ahora tengo que presionar en mi muñeca una perla que activaba una alarma, con la que pido refuerzos

Y en lenguaje de señas hablo con este entrometido:

— ¿Qué haces?

—No dejare que escapes

—Estás loco, vuelve con tu esposa  —Albert me ve con una expresión fría y me imagino que para compartir su enojo me suelta

—Estoy con ella

Abro los ojos como platos por sus palabras, luego los muestro con enojo, no volveré a caer en sus garras y, como de costumbre el dedo corazón no faltaba en nuestras platicas

—Largo, este no es tú asunto

—Claro que lo es

—No somos Bonnie y Clyde, retírate.

En un momento a otro observo que Albert empieza ha perder oxígeno, no le doy importancia porque sé que es un gran actor, pero después de un rato y no verlo reaccionar me preocupo no quiero que muriera, si lo hace quisiera ser yo quién lo matara lentamente, aunque... sé que no me atrevería, me sacó el oxígeno de la boca y se lo paso, luego lo atraigo hacia mí y colocó su mano en el aparato, lo enciendo y nos vamos de este lugar, lo volteo a ver para saber si se encuentra bien, al momento de hacerlo noto la sonrisa de satisfacción del hombre ¡como quisiera dejarlo tirado en el lago y que se pierda para no volverlo a encontrar!

Al llegar a mi destino, Albert sale primero y me extiende la mano para ayudarme a salir, pero no quiero su ayuda así que lo golpeo en la mano y salgo por mi cuenta, me quitó el traje y dejo ver mis excelentes curvas

—Creo que ya es tiempo de que te vayas

— ¿Dónde estamos?

—En mi casa, como puedes ver puedo andar en calzones todo el tiempo que yo quiera.

Tomo una bata de baño y sigo  caminando.

—Aún no hemos terminado Gabriela

— ¿A qué te refieres? Oh el divorcio, ¿de eso quieres hablar?, que yo sepa lo puedes hacer tú solo

—¡No!, tienes una orden de arresto y mi deber es llevarte de regreso —¿enserio?, ¿lo tenía que decir?, ¿no podía guardarse sus desagradables palabras por un momento?

—No lo creo, la salida está por ahí, así que shushu.

Albert trata de detenerme yo reacciono rápidamente y me alejó de él. Pero él no contento me persigue, lo enfrento y juntos recordamos los años de enfrentamiento en cada entrenamiento, debo admitir que ambos somos excelentes en combate.

Cansada de todo esto y sintiendo que ya las fuerzas me fallan recuerdo su punto débil y lo derivo

—No has olvidado nada

—Lo que se aprende jamás se olvida

Saco un arma de una gaveta y le apunto

—Adelante ¡mátame!...