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[𝕝𝕠𝕟𝕘 𝕔𝕙𝕒𝕡𝕥𝕖𝕣]

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[𝕝𝕠𝕟𝕘 𝕔𝕙𝕒𝕡𝕥𝕖𝕣]

En cuanto entré por la puerta, apareció Rose.

-Siéntate.

Casi tirando de mí, me llevó a la cocina y me indicó una silla. Dos tazas esperaban sobre la mesa, y sentí el aroma de la ramita de canela que le gustaba añadir a su té.

Respiré hondo y obedecí. No creía que la hubieran llamado del instituto porque había ido a casi todas las clases, pero no iba a preguntárselo. Mientras esperaba a que hablase, pensé que el rato que había pasado con Jungkook esa misma mañana parecía de pronto muy remoto, como si hubiera sucedido hacía siglos. Estaba deseando revivir cada detalle, o al menos los superficiales, cuando hablara con Yerin. Le había mandado un mensaje un rato antes, y había sido un milagro que el torrente de emoticonos que había mandado no hubiera dejado inutilizado mi teléfono.

-Lo primero que quiero decirte es que Darl y yo te queremos -dijo Rose-. Te queremos tanto como queríamos a Mariett, y espero que te des cuenta de ello. Lo que Darl dijo ayer estuvo mal. Estaba enfadado y preocupado por ti. Pero eso no justifica sus palabras. Te debe una enorme disculpa.

Apoyé el pie en el asiento de la silla y me abracé la rodilla, acercándola al pecho. Por lo menos parecía que no habían llamado del instituto.

-No quiero... que se disculpe.

-Tiene que hacerlo.

Negué con la cabeza.

-Solo quiero... quiero que las cosas vuelvan...

Me interrumpí al darme cuenta de lo que había estado a punto de decir. Quiero que las cosas vuelvan a ser como antes. Pero eso no era cierto.

No quería que nada volviera a ser como antes.

-Tienes razón -dije levantando la barbilla-. Tiene que disculparse.

-Y lo hará. -Rose me observó atentamente-. Hay una cosa que debes saber respecto a Darl, pero no soy yo quien debe contártela. Solo confío en que le des una oportunidad.

Pensé en algunas de las cosas que me había dicho el día anterior, cosas que daban la impresión de que había vivido algo parecido a lo ocurrido el sábado. Me abracé con más fuerza la rodilla.

-Y voy a dársela.

-Bien. -Rose bebió un sorbo de té-. Darl y yo hablamos mucho ayer mientras estabas fuera. De ti y de Jungkook.

No me gustó el rumbo que estaba tomando la conversación. Estiré el brazo, cogí mi taza y bebí un trago. El líquido caliente se deslizó por mi garganta, pero no consiguió deshacer el nudo que tenía en el estómago.

-En los cuatro años que llevas con nosotros, nunca nos has levantado la voz. Siempre has estado de acuerdo con todo lo que queríamos, fuera lo que fuese. -Hizo una pausa y la miré. Se le transparentaban los nudillos de las manos cuando dejó la taza sobre la mesa-. No quieres ir a la facultad de medicina, ¿verdad?

Dear Silence ▹ jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora