Salvaje Juventud [HIATUS]

36. L y R

La clase de ingles había comenzado, Bitch sensei estaba dando sus peculiares lecciones de asesinato en inglés, matando dos pájaros de un tiro.

Kumi al fin había despertado, pero cabeceaba de cuando en cuando, no importaba que hiciera, algo la impulsaba a dormir más.

Una pequeña peli-verde notó el comportamiento en el cambio de clase y se acercó a preguntarle a Nok, la cual solo le respondió que estaba muy cansada.

Aunque ya tenía una respuesta más o menos sólida, se pudo al lado de la chica que había vuelto a dormir.

Colocó su mano en la frente de Kumi, la cual estaba ardiendo en fiebre y retiró su mano al notarlo.

¿¡Cómo era posible que Nokia no lo hubiera notado si vivían juntas!? ¡Era ridículo!

—Kumi, Kumi, despierta.

Kaede trataba de despertar de la forma más calmada a la pelinegra, la única persona después de Nagisa a la que superaba en altura.

—Hmmh.

La extranjera menor vio a la chica a su lado por un momento.

—¿Kaede...?

—Así es, ¿puedes acompañarme un rato?

La pelinegra ya no sabía ni porque Kaede estaba en su casa, supuso que era un sueño y acepto ir con ella.

Kumi caminaba con la mayor pereza posible, la peliverde solo estaba confirmando sus sospechas, la más bajita tenía un resfriado.

Debería avisarle de esto a Karasuma sensei...

Finalmente llegaron a la enfermería, por suerte para la más alta, su contraria no había notado dónde estaba y solo se acostó en una camilla para seguir durmiendo.

Kaede soltó un suspiro, puso un paño con agua fría sobre la frente de la otra y volvió al salón para buscar al profesor de educación física.

Para su sorpresa todos estaban en el patio, con sus uniformes, pero ahí estaba la persona que buscaba.

—¡Karasuma sensei!

Gritó mientras se acercaba a él.

Karasuma le lanzó una mirada seria, no tenía el uniforme y lo estaba distrayendo del asesinato simulado dónde él era el objetivo y Lovro e Irina los cazadores.

—¿Por qué razón, motivo o circunstancia no tienes puesto el uniforme ni estás integrada en la clase?

Preguntó estricto.

—Estaba cuidando a Kumi— hasta ahí todo correcto, el mayor asintió con la cabeza—, se enfermó.

La noticia le cayó como balde de agua fría, él era un agente de las fuerzas armadas japonesas pero su entrenamiento no lo preparó para algo como eso.

Aunque ahora tenía explicaciones del motivo por el que ella parecía no querer despertar.

—¿Dónde está?

—La dejé durmiendo en la enfermería.

Karasuma se sorprendió, ¿Kumi en un lugar lleno de cosas médicas sin armar un escándalo? Al parecer si se encontraba muy mal.

—Korosensei, ¿podría vigilar un momento la clase?

El otro profesor no lo dudó ni un segundo y cumplió con la orden.

—Vuelvo en un rato.

Y sin más se dirigió a la enfermería, dónde pudo confirmar lo que dijo Kaede, la pelinegra se quejaba entre sueños y lucía acalorada.