18. ¿Es por eso?

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Cuando ya ambas se encontraban cada una en una silla, se lanzó la primera pregunta.

Ahem —carraspea su garganta Nokia —bien, Karasuma, lo hemos oído contarle a Korosensei nuestro pasado.

Un balde de agua fría es como se sentía esa información, pero su semblante seguía siendo el mismo.

—Y eso, ¿cuándo ha sido? —El mayor empezaba a dudar aún más de las pobres instalaciones y la poca seguridad.

La mirada de Kumi seguía firme en los ojos del mayor. Y su afilada lengua estaba lista para atacar.

—Hoy mismo. Es una decepción que siquiera tú sepas guardar un mísero secreto.

—Justo cuando Bitch-Sensei cubrió la clase —complementó Nokia con intención de interrumpir la amenaza.

—Hmm... —Karasuma no podía asegurar que pasaba por la mente Irina como para dejarlas salir solo así del salón—. Ya veo.

—¿Solo un "ya veo"? Yo quiero saber, ¿cómo lo descubrió?

La paciencia de la peli negra era demasiado escasa en esos momentos.

—Soy bueno investigando a las personas —la vaga respuesta las irritaba cada vez más.

—¿Podría ser detallado de una vez por todas? —Nokia era la que llevaba mejor la situación, o eso quería aparentar manteniendo un poco más la calma.

Un suspiro de parte de Karasuma resonó en la habitación.

—Se podría decir que estuve infiltrado con personas cercanas a ustedes. El que estuviera en Londres para esa época no fue coincidencia —se detuvo un momento para ver si estaban tomándose bien la información.

La cara de la menor era de confusión extrema, la contraria estaba más sorprendida y prestaba atención a cada detalle pidiendo que siguiera con la mirada.

—Se rumoreaba bastante de dos jóvenes muy habilidosas, fuertes y mucho más resistentes que los de su edad. Vaya que fue un honor encontrarlas batiéndose a duelo ese día.

—Momento, alto ahí. ¿¡Éramos famosas!? —Interrumpió Nokia exaltada.

—¡A este paso todos se van a enterar! No quiero que rumoreen —la peli negra estaba sentida —más sobre nosotras. No quiero volver —aunque fuera por un pequeño instante su voz se quebró.

—¡Claro que no queremos volver! ¡Pero es tu culpa que se den cuenta! ¡Nunca eres discreta! —Atacó Nokia.

—¿Mí culpa, dices? ¡¿Qué es mi culpa?! ¡Tu diste la idea de pelear con cuchillos ese día! —Kumi se defendía con todos sus recursos.

—¡Pero tú me seguiste! —Fue la respuesta.

—Niñas, dejen de pelear.

—¡Se supone que los mayores son responsables!

En ves de responderle con palabras -como la gente normal- la rubia le respondió con una patada.

Ya empezaron... —Pensaba Karasuma.

Kumi detuvo hábilmente el ataque.

—Aquí no... Él podría darse cuenta de nuestros ataques y decirle a Korosensei —comenta señalando con la cabeza al japonés.

Se formó un silencio incómodo en la oficina.

Not with the rope, please —pidió Kumi en su idioma natal.

La de orbes celestes reaccionó quedándose quieta —. Oiga, ¿para que le dijo todo eso al pulpo?

—Ese es un tema para otro día. Váyanse a casa —dicho y hecho, el estaba preparándose para salir hasta que sus locas alumnas lo inmovilizaron y amenazaron —. Pensé que el se sentiría mejor si sabía que ustedes dos pasaron cosas similares a él pero lograron salvarse.

Se quejaron por la poca privacidad que tenían. Lo interrogaron un poco más para descubrir de una vez por todas cómo sabía que estaban en Londres hace tiempo. Y de paso, ayudarlo a levantarse del suelo declarando la paz momentáneamente.

El resto del día fue bastante tranquilo, quejas de los horarios de sueño menores de 16 horas por parte de Kumi y burlas a su hermana por ser tan débil es lo que soltaba Nokia.

。。。

Iban de nuevo de camino a Kunigigaoka a paso de tortuga para disimular y dejar de saltar en los techos, aunque ambas lo extrañarían.

Era un regalo de los ángeles —el viaje estaba siendo aburrido, así que Nokia tuvo la brillante idea de matar el tiempo cantando.

—Para un pobre niño —le siguió la canción.

—¿Ah? ¿Te la sabes?

—¿Cómo no me la voy a saber si siempre la cantas antes de dormir? Hay veces en las que aburre pero al fin sirvió para algo.

Nokia sonrió orgullosa de su hermanita de otra madre, tanto tiempo y esfuerzo sirvió para algo.

La montaña se hacía cada vez más alta conforme la subían, parecía ser del tamaño del Monte Everest.

—¿¡Quién fue la persona a la que se le ocurrió poner la clase hasta arriba!? —Gritó Kumi.

—Esa pregunta ya la escuché en algún lado... —Le restó importancia la rubia.

—A la próxima, nos levantaremos cuando falten cinco minutos y correremos toooooodo el camino.

Kumi iba dando saltitos sobre un pie para intentar distraerse, pero llevaba un ritmo algo raro... Derecha, izquierda, derecha y de nuevo derecha, al final lo hacía izquierda, derecha, izquierda e izquierda.

—Deja de hacer eso, me estás mareando.

La peli negra la ignoró y siguió a su manera. Llegaron justo cuando tocaron la campana que indicaba el inicio de la jornada.

Los exámenes poco a poco se iban acercando, y en la clase E se iban a tomar muy enserio este ciclo.

Korosensei los había puesto a estudiar con sus clones. Una banda distinguía que es lo que le faltaba al alumno, algunos tenían de Japonés, 7 personas, otros de inglés, 4 personas, algunos de ciencias sociales, 3 personas, y el resto de matemática, 8 y ciencias naturales, 4.

Aunque, había alguien que estaba más que atrasado en todos los temas.

—¿¡Y yo por qué tengo la banda de Naruto?! —Gritó Terasaka viendo a su entrenador personal.

—No te ofendas, Terasaka-Kun, pero tú eres un caso especial.

La clase estaba tan concentrada en estudiar que apenas y escucharon el alboroto, bueno, todos menos nuestra alta protagonista -de gran agudeza auditiva- que soltó una carcajada.

—Nok, ¿todo está bien? —Cuestionó Yuzuki.

En lugar de contestarle, siguió riendo sin posibilidad de parar y señaló a la derecha de Karma.

Todos voltearon en esa dirección como los buenos metiches que eran y vieron la escena de Terasaka Ryouma.

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Me disculpo de una vez por no haber publicado ayer, estuve ocupada con asuntos académicos, sin más nos vemos el viernes si mi inspiración me ayuda.

¡Cambio y fuera!

Salvaje Juventud [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora