39. Marcas

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No muchas cosas pasaron luego del campeonato, Sugaya llegó con un tatuaje temporal a modo de manga, eran una especie de tatuajes de la India llamados tatuajes de Henna.

Kumi optó por una que otra raya en sus mejillas y una gargantilla delgada en su cuello, mientras que Nok terminó con medio antifaz de ópera en su rostro.

Sousuke le hizo tatuajes a toda la clase, incluso Korosensei los portaba en su cara, Bitch-Sensei fue noqueada por los estudiantes y acabó siendo víctima de los estudiantes.

Cuando Akiko se encontró a las chicas en la panadería, casi se le va el alma, pero aún así le parecieron geniales, Kumi le dio la razón.

. . .

Ahora solo quedan 8 meses para matar al objetivo y al parecer Karasuma no mostraba ningún avance.

Los entrenamientos iban volviéndose cada vez más extenuantes, todos desarrollaban sus habilidades a paso rápido.

Nagisa atacó por la espalda al profesor, el cual reaccionó por instinto y se salvó empujando al estudiante.

—¡Karaaaaaasuma~! ¿Hoy si vas a comer con nosotras?

Kumi pedía su dosis de atención.

—No, estoy esperando una llamada del ministerio de defensa, quédense con el grupo.

El resto de estudiantes notaban el distanciamiento del profesor, les preocupaba un poco.

Kurahashi se preguntaba qué pasaba con él.

—No se preocupen, en realidad es un agente para supervisar mi asesinato, pero tiene el don de la enseñanza. 

Una figura caminó a paso lento hacia los estudiantes del patio, se presentó como Takaoka Akira, el nuevo asistente de Karasuma.

Era el padre perfecto, llevaba la merienda en cestas de picnic, los alumnos convivían y comían hablando de cosas triviales, ¿quién no vería eso como un paraíso luego de una agotadora clase?

Las órdenes del ministerio eran que ahora Takaoka entrenaría a los estudiantes y Karasuma se encargaría únicamente del asesinato.

Todos parecían llevarse bien con el nuevo, todos menos tres individuos que decidieron saltarse la siguiente clase y vagaban por el bosque.

La clase terminó y les dieron sus horarios nuevos, Takaoka se las había arreglado para poner entrenamiento hasta en la sopa de los estudiantes.

Nadie estaba contento con estudiar de 9 a 11:50 am y acabar haciendo ejercicio desde el mediodía hasta las 9 pm.

Maehara se opuso, ¡nadie iba a poder aguantar eso!

Un rodillazo en el estómago fue su respuesta.

—Se dice "Lo haremos", no "no podemos".

Aquel amable profesor parecía desvanecerse.

—Se los dije, ¿No? En esta familia yo soy el padre, ¿objeciones?

Claramente los chicos no podían hacer nada, Maehara estaba tratando de respirar y Karasuma solo podía ver desde la distancia.

Indicó que empezarían haciendo 100 sentadillas, si alguien se negaba sería reemplazado por un militar.

Lo que hacía era darles miedo y luego afecto.

Kanzaki estaba siendo intimidada.

—Um... bueno... No quiero, prefiero tener clases con Karasuma-Sensei —soltó con una sonrisa.

Salvaje Juventud [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora