16. ¿Apostamos?

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Cuando todos regresaron de la cocina vieron a los dos experimentos atadas cada una a su silla.

Entre queja y queja Korosensei intentaba dar las instrucciones.

—¡Korosensei, no dañaremos a nadie!

—Ya intentaron engañarme antes, nada me garantiza que esto no sea parte de alguno de sus intentos de asesinato. Me niego rotundamente.

-No puedo creer que en verdad nos amarrara...- Surcaba la mente de Nokia.

—¡No vamos a atacar a nadie! ¡Se lo digo de verdad!— Y ahí va otro intento desesperado para obtener la tan anhelada libertad.

—¿Cómo estaré seguro de eso?— Korosensei dudaba cada vez más del par apresado.

—Por si no se da cuenta, la enana no miente—. Quien dijo eso fue el pelirrojo, se notaba de lejos que amaba molestar a esas chicas por su sonrisa de satisfacción.

-¡¿Cómo se dió cuenta tan rápido?! Normalmente demoran dos semanas en darse cuenta- Kumi analizaba la situación a au manera.

La mayor mostraba bastante sorpresa en su rostro

—¿¡Eh..!? ¡¿C-Cuándo has llegado?!— La sonrisa de Karma se amplió un poco más.

—Lo suficiente como para saber como hizo ese nudo—Nagisa se asomó detrás de él.

—Igual que yo—mencionó guiñando un ojo.

Korosensei le mencionó a las chicas que no serían libres hasta que su encargado, o sea Karasuma, llegara a recogerlas. Sea cual sea el caso las chicas estarían destinadas a esperar atadas.

Lo que hicieron durante la próxima clase fue hacer un poema de tentáculos, ya imaginarán por quien.

—¿Cómo vamos a escribir si no nos sueltas?— Lo cuestionan.

—Los ayudará la persona a su lado— notó que la menor no tenia a nadie a su lado—. Kaede, ayuda a Kumi, Karma ayudará a Nokia.

Karma refunfuñó antes de acercarse a quien le dijeron y empezar a tomar nota—. ¿Ya sabes que quieres poner?

Aunque antes ese par discutió un poco y el adulto presente tuvo que detenerlos.

Tentáculo:
Cuando te veo
me alegro,
si te pierdo
me desprecio,
un tentáculo es más
que una simple extremidad
de nuestro objetivo asesinar,
es la parte principal
que debemos atacar.

¿Todo eso lo pensaste tu? Vaya, ¿quién diría que hasta las tsunderes piensan?—Comenta el ojimercurio cuando acaba de apuntar.

La aludida da una sonrisa llena de orgullo—. ¡Ja! Yo me lo acabo de in— se cortó para razonar—. Espera... ¡¿Me llamaste tsundere?!

—¿Yo? Pero si solo te elogié—. Se excusó el chico terminando de escribir también su poema.

El de tentáculos le indicó a Akabane que pusiera tanto su poema como el de Nokia en el escritorio. Poco después que el pelirrojo tomase asiento de vuelta, la puerta se abrió de par en par.

—¿Me necesitaban?— Nada más entrar soltó esa frase.

Nokia tenía un semblante esperanzado, Kumi directamente siguió con su desastroso poema.

Korosensei delató a las chicas con Karasuma, la mirada del azabache no era para nada amigable, la pelinegra menor incluso tembló un poco en su lugar.

Salvaje Juventud [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora