En eso se basaba su rutina.
Despertar.
Dejarse hacer experimentos.
Comer.
Volver a someterse.
Y si aún están consientes 20 minutos fuera de la celda.
Lo poco que variaba era la cantidad de experimentos que debían soportar día a día.
Estando en aquella base subterránea no sabían si era de día o de noche.
Algunos de los sujetos tenían privilegios por buen comportamiento, como salir más tiempo de su celda, frazadas, de vez en cuando alguna cosa para entretenerse.
Claro que lo anterior lo decidían sus supervisores, "locos de blanco" les llaman en ese lugar.
Aún en esa subterránea base hay más experimentos de los imaginados, desde plantas o animales... hasta seres humanos, de todas las edades, pero abundaban más los menores de 12 años.
Nuestras pequeñas protagonistas actualmente tienen 7 años, es una lástima que a esa edad estén siendo experimentos en vez de estudiantes en alguna escuela local.
Varios años más tarde
Nuestras queridas 043 y 044 ya cumplieron sus 12 años, ellas no lo recordaban, no tenían ni la más mínima o remota idea de que año estaban siquiera, lo poco que recordaban era lo que leyeron en los papeles que tenían sus científicos y algún que otro vago recuerdo lejano de cómo eran sus familias.
Luego de haber pasado sus experimentos del día sus locos de bata blanca decidieron, después de 5 años, darles más libertad por un buen comportamiento durante las sesiones experimentales.
En uno de esos tiempos libres al fin 043 y 044 se conocieron finalmente, luego de cinco años compartiendo celda no habían entablado ni una sola palabra entre ellas.
—O-Oye —dijo la pequeña de cabello negro con la identificación del número 044.
La rubia del número 043 le dió una mirada curiosa.
—¿Cómo te llamas? —dijo al no recibir respuesta.
La rubia apuntó su pierna izquierda, allí estaba tatuado su número.
—Cero cuatro tres —dijo neutra.
—¡Ese no! ¡El normal! —respondió un poco alterada la pelinegra.
—¿Entonces cuál? —043 estaba confundida.
Su compañera solo suspiró.
—El de tu frazada... en la mía dice Kumi —le enseña que en su colcha, efectivamente, está grabado su nombre.
O al menos eso suponía la menor.
—Ah~ te referías a ese —043 revisa lo que le dijo la supuesta Kumi. —Dice... Nokia.
—¡Yay! Estamos un paso delante de ser buenas amigas —dijo Kumi sonriéndole.
Y así fue la primera vez que hablaron... según el calendario había pasado 1 semana y poco más desde entonces.
Las infantas de 12 años eran bastante cercanas al ser las únicas capaces de hablar en esa sala, omitiendo a los locos de blanco.
Porque el resto estaba incapacitado, le faltaba alguna que otra parte de su cuerpo, habían perdido el habla con algún experimento, o tal vez simplemente por miedo, el cual se reflejaba a diario en sus ojos.
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Salvaje Juventud [HIATUS]
Fanfiction• -Nokia, Kumi, ¡arriba! Madre se enfadará si no se levantan. -Solo 5... 5 horas más... -Ustedes lo pidieron... -¡Ahh! ¡Está fría!• •-Hola, señor de nombre largo! -Ka-ra-su-ma, que se te quede. Mi nombre es Karasuma• •-¿Clase de... -...asesinato? ¿...