19. Hora de exámenes

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Terminaron la sesión de estudios, Nagisa siguió a Korosensei hasta la sala de profesores hablando de cosas que podrían ayudar un poco en el próximo intento.

Asano Gakushu estaba ahí, lo cual sorprendió a todos. Era inusual verlo por esta zona, lejos de su oficina en el cómodo edificio principal.

—Es uno honor al fin conocerlo, Korosensei —saludó con una sonrisa más falsa que la altura de Kumi.

—¡Ahhh! —gritó emocionado el pulpo —. ¡Se tomó la molestia de subir toda la montaña!

El amarillento profesor de birrete estaba haciéndole masaje en los hombros a su jefe y sirviéndole una taza de té.

—¿Consideraría aumentar mi salario? —Preguntó esperanzado.

Asano sonrió aún más —. Me disculpo por mi falta de cortesía. Tenía planeado venir a presentarme con usted, pero no tuve oportunidad. El señor Karasuma aquí presente y el ministerio de defensa me han hablado de usted —. Se levantó de donde estaba y lo vio fijamente —. Bueno, yo no creo entender toda la situación pero...

La mirada se intensificó a tal grado de causar un escalofrío en el peliceleste que esperaba fuera de la sala de maestros.

Su mirada tan dura, llena de frialdad y determinación, sin saber que planes malignos estaban cargando en su cerebro, era atemorizante.

—En efecto eres una criatura bastante lamentable intentando ser el salvador del mundo, en lugar de eso, fuiste condenado a ser el destructor —. Siguió con sus aires de grandeza. Todos estaban sorprendidos —. Bueno, no tengo intenciones de empezar a discutir aquí. Ya que creo que somos algo parecidos tratando de salvar al mundo de su ruina aunque sabemos que será imposible.

Seguía su monólogo de típico villano sacado de un guion de Hollywood.

Se acercó a susurrarle algo a Karasuma acerca de sus intervenciones y también un poco de la ayuda externa que había conseguido en Londres. Amenazó al pulpo y le dio un rompecabezas de alambres, quedó atrapado en menos de un segundo.

Siguió alegando que no todo se resolvía con velocidad, salió de la sala encontrándose de frente con el más pequeño de los hombres de ese edificio.

—¡Hola! Estaré esperando los exámenes de mitad de curso. ¡Haz tu mejor esfuerzo! —Le dijo con un tono tan frío que lo hizo sentirse la escoria que era dentro de la clase E, en lugar de un asesino con una misión importante para todo el mundo.

。。。

Korosensei seguía poniéndoles presión para que se aprendieran las cosas para el examen, tanto que incluso estaba agotado.

—No importa que haga, Korosensei. Nada de lo que haga hará que saquemos buenas notas nunca. Es más probable matarlo antes que eso —soltó Mimura viéndolo.

La decepción se notó cuando una equis apareció en el rostro del docente.

—Ya veo... Entiendo...

—¿Qué es lo que entiende? —Respondió Maebara.

—Tal y como son ahora... No están calificados para ser asesinos. Ahora, vayan por Karasuma-Sensei e Irina-Sensei y diríjanse al patio.

—¿Qué creen que planee? —Dijo Kumi.

La mayoría asintió los hombros y obedecieron.

Salvaje Juventud [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora