Salvaje Juventud [HIATUS]

12. Hora de inglés, Bitch-Sensei

La estrategia que empleaba el mayor era: provocar y atacar, algo que resultaba bastante bien en la clase marginada de la academia Kunnigaoka.

La batalla que mantenía difícilmente el pelirrojo, de uniforme desarreglado, asombraba a sus compañeros, y las protagonistas también lo estaban, tal vez Nokia mas que Kumi, pero lo estaban.

Primero el ya provocado Akabane se lanzó al ataque con una apuñalada cerca de la cabeza. El militar le esquiva con facilidad.

—¿Qué te pasa? Antes eras mejor.

Y eso era verdad hasta cierto punto, ellos ya habían luchado antes mientras el resto se encargaba de distintos asuntos.

Karma al fin había reaccionado de lo infame que fue su ataque en contra de alguien sumamente entrenado en un ámbito tan especifico como el combate cuerpo a cuerpo.

Con la barbilla no muy alta razonó los ataques que podría hacer, en cuestión de segundos volvió a atacar, esta vez con una patada giratoria baja que tumbó a su oponente.

Tadaomi se levanto velozmente con tal de no perder ni un segundo usando el mínimo de su fuerza para lanzar lejos al estudiante.

Se sentía orgulloso de su alumno, después de todo logró mantenerlo en el suelo unos cortos segundos.

Luego de ataques y movimientos casi imperceptibles para la mayoría el combate llego a su fin.

-¿Acaso me he vuelto mas débil que mis alumnos? Es bueno, les he enseñado bien, pero yo no debería ser así...- Eran los pensamientos del adulto.

Karma le ayudo al maestro a ponerse de pie y los combates siguieron, una chicha de cabello largo y negro no dejaba de ponerles nombres a los ataques, tal y como un vídeo juego.

—Kanzaki-Chan, ¿podrías dejar de hacer eso?— Le dice amigablemente una peli verde de estatura baja a la primer mencionada. —Sí, claro, no hay problema... O al menos lo intentaré.

Le responde soltando una pequeña risa contagiosa tanto para Kaede, como para el grupo cercano.

Nokia estaba en su propio mundo viendo a cierto chico inteligente pero pillo.

—Nokia, ¿no crees que el titán es muy hábil?— No hubo respuesta por parte de la mayor. —¡Nok! ¡Nok! ¡Nokia!  ¡Te estoy hablando!— Continuó la menor con un tono de voz alto. 

—Ah, ah, ¿eh? ¿Ah? ¿Qué decías? 

Nokia parecía haber salido de su trance. —Olvídalo, enamorada, y ya deja de verlo, lo gastarás.

Dice una voz que se alejaba con lentitud, era Kumi.

—¡¿A-Ah?! ¡¿E-E-Enamorada?! ¡¡En la biblioteca del pueblo lei muchos libros de amor y estoy segura que no lo siento!!

Kumi soltó una leve carcajada. —Lo que digas~.

—¡Argh! ¡Te mataré! ¡Vuelve aquí!

Kumi ya había salido corriendo al presentir el peligro, viviría un día más para contarlo.

A Karasuma no le parecía nada graciosa la situación.