Royal Blood |Lucius Malfoy ✔️

8. Mortífagos.

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Mientras los Weasley, Harry y Hermione contaban cuentos, Catalina se encontró desconectada. Todo estaba agitado a su alrededor, voces y risas en conjunto pero nada parecía poder llamar su atención.Su mente estaba muy lejos. Se sentía sucia y necesitaba tanto un baño que esta tienda no podía proporcionarle. A la mañana siguiente, cuando llegue a Hogwarts, eso será lo primero que haga.

Arthur entró en la tienda presa del pánico, con una expresión de sorpresa en el rostro, casi asustado. Las voces del exterior se hicieron más fuertes. Todos gritaban y corrían frenéticamente.

—"Tenemos que irnos, ahora". —Dijo Arthur, quedándose sin aliento.

Todos se pusieron en pie de un salto y Catalina se empujó de la cama. Algo terrible estaba sucediendo y ella lo sabía.

El grupo salió al exterior, sorprendiéndose del caos que los rodeaba. La gente se empujaba para llegar más rápido al bosque, donde los árboles los resguardaban. Algunas tiendas de campaña estaban en llamas. El pánico estaba en todas partes. Los magos con máscaras y largas capas negras marchaban entre las tiendas, prendiéndoles fuego con las antorchas que sostenían.

—"Permanezcan todos juntos".— Arthur gritó hacia el grupo.

Comenzaron a dirigirse a las afueras del campamento pero el pánico y la gente empujando, hizo que Catalina se perdiera del grupo.

—"¡Harry!" —Escuchó a Hermione gritar.

Vio a un Harry desorientado, mirando a su alrededor, tratando de encontrar una salida del pozo en el que había entrado. Comenzó a correr hacia él, tratando de alcanzarlo y apartarlo.

Catalina fue empujada bruscamente al suelo, en el barro. Intentó levantarse, pero la multitud de gente que corría sobre ella, no la dejaba. Sintió que una pesada bota le pisaba la muñeca y soltó un grito de dolor. La joven bruja estaba segura de que se había roto los huesos de la muñeca.

—"Tengo que llegar a Harry, maldita sea". —Se impulsó con toda su fuerza pero fue derribada una vez más, perdiendo la conciencia.

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Catalina se despertó, sintiendo los párpados pesados. Miró alrededor del campamento. Estaba tranquilo. Sólo se oían las voces lejanas y el fuego que quemaba todo el campamento. Estaba cubierta de barro mezclado con su propia sangre.

Allí, en la distancia, notó una luz verde que formaba una calavera. De su boca descendía una serpiente. Ella jadeó fuertemente. Esto no era un ataque normal, esto estaba bien planeado de antemano. ¿Pero por qué? ¿Por qué alguien tendría como objetivo un partido de Quidditch? ¿Fue Voldemort? Recordaba con claridad el Torneo de los Tres Magos celebrado en Hogwarts, cuando su querido Cedric Diggory murió a manos de no debe ser nombrado. Y no podía creer que hubiera vuelto a por Harry.

—"Harry..." —trató de levantarse pero fue inútil. Sentía los músculos pesados y no podía impulsarse para levantarse.

Uno de los mortífagos escuchó su lucha por levantarse y comenzó a dirigirse hacia ella. Se dio cuenta de que la figura alta y oscura se acercaba con la cara totalmente cubierta, así que intentó alcanzar su varita.

Jadeó cuando se dio cuenta de que no la encontraba.

— "Mi varita". —Usó la última onza de fuerza para empujarse hacia atrás mientras el mortífago sacaba su varita, apuntando a su vulnerable figura.