26. Errores del pasado.

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Catalina seguía sintiendo náuseas desde esta mañana. Se sentía un poco mejor cuando estaba con Lucius porque él la hacía olvidar. La chica se sonrojó mucho al recordar cómo había empezado su mañana, era muy diferente a lo que él había intentado con ella hasta ahora.

La joven bruja tomó asiento en su cama pero saltó inmediatamente. Siseó de dolor.

"Esto es simplemente genial". Murmuró.

Tomó un libro de hechizos y lo buscó. Llegó a la categoría de medicina haciendo que su dedo se detuviera en diferentes hechizos. Ir al hospital por algo tan trivial no era una opción. Odiaba los hospitales desde que era pequeña y los médicos no dejaban de ponerle inyecciones porque ninguna otra cosa la habría curado. Ahora tenía fobia a las jeringuillas y a los hospitales.

"Hmm, veamos, podría ser falta de hierro. Muy bien, probaré esto primero". Tomó su varita.

⚜⚜⚜

Lucius volvió junto a Catalina después de una larga y agotadora reunión de mortífagos. Odiaba que tuvieran lugar en su casa. Lo único que quería era pedirle a Catalina que se mudara con él para tenerla cerca todo el tiempo. Y encima, odiaba acudir a ella en esta pequeña y mugrienta casa muggle. Ella se merecía algo mejor que la vida actual que tenía, pensó.

Su mente vagaba por la guerra que pronto llegaría y no podía deshacerse del temor que sentía en su corazón. Catalina tenía un alma pura y nunca se uniría a Voldemort por mucho que le importara. Y si era honesto consigo mismo, tampoco quería que ella manchara su alma. Era lo que le hacía amarla.

Pero además, tampoco podía dejar a los mortífagos. Estaba seguro de que Voldemort los mataría a él y a Draco si se atrevía. Al menos Narcissa estaba fuera de esto y estaba a salvo, pensó. Así que él y Catalina no tenían otra opción que ser enemigos en el campo de batalla. Sin embargo, él no la lastimaría. No podía hacerle daño. Pero si el hecho de que ella le haga daño es lo que la mantendrá a salvo, él daría su vida por ello con gusto. Era gracioso si pensaba, el narcisista, egoísta y superficial Lucius Malfoy amando tanto a alguien y dispuesto a morir por ella.

Su corazón se apretó ante la expectativa de cómo ella lo odiaría y lo recordaría con rencor pero no había nada que pudiera hacer. Sus errores del pasado le hicieron pagar por ellos.

Entró en la acogedora casa y se alborotó el pelo por la nieve. La primavera estaba casi aquí pero todavía estaba bastante nevado aquí, en medio de la nada.

Catalina llegó desde la esquina, sonriendo alegremente y alegrándose de que su amante estuviera de vuelta. Le echó las manos al cuello y le abrazó con fuerza.

"¿Qué tal el día?"

Oh, cómo deseaba escuchar esto todas las tardes cuando volvía a casa.

"Fue... fue bueno". Se aclaró la garganta, tratando de controlar las emociones en su voz.

"Vaya, el Lucius Malfoy contento con algo, eso es nuevo". Soltó una risita.

Le desabrochó la capa y se la quitó de los hombros, dándose la vuelta y dirigiéndose al salón. Él le dio una palmada en el trasero con el bastón, sonriendo.

"Estoy tan contento como puedo estarlo cuando estoy contigo". Dijo juguetonamente.

Catalina echó la cabeza hacia atrás y se rió. Adoraba su risa, le encantaba verla feliz.

Royal Blood |Lucius Malfoy ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora