Royal Blood |Lucius Malfoy ✔️

36. Magia oscura.

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Catalina abrió los ojos con pereza, sintiendo que sus pestañas pesaban varios kilos. Gemía de dolor al intentar mover sus extremidades. Era como si la hubieran tirado de una montaña y todo su cuerpo se hubiera rendido.

Su cerebro empezó a recordar lentamente las cosas que habían sucedido recientemente. Se imaginó una daga clavándose en su corazón, su fuerte grito de sorpresa, todo su cuerpo desplomándose en el frío suelo. Luego una voz exasperada que la llamaba por su nombre.

Sus ojos se ajustaron a la fuerte luz que caía sobre su rostro, haciéndola gemir. Oyó que alguien se movía y también pudo sentir su presencia.

—"¿Catalina? —" Oyó una voz de barítono que se acercaba a ella. Un peso se posó en el borde de la cama en la que estaba tumbada. El pitido del equipo médico le delató rápidamente. Estaba en un hospital.

El techo era blanco, lo que le hizo entrecerrar los ojos. Le dolía físicamente incluso abrir los ojos.

Movió lentamente la cabeza hacia un lado, tratando de ver a través de sus pestañas, quién era la sombra sentada en su cama. Vio a alguien vestido sólo de negro.

La joven bruja se obligó a abrir aún más los ojos, ajustándolos a la luz. Era el profesor Snape.

Sentía la garganta seca y como papel de lija. Intentó hablar pero no le salía ninguna palabra. Severus se dio cuenta de su malestar y la ayudó a levantarse por las axilas y le entregó el vaso de agua que descansaba en la mesita de noche.

La chica tragó de golpe y lo miró, sintiéndose cansada.

—"Estás vivo". —Ella le dedicó una débil sonrisa.

—"Lo estoy, señorita Fawley. Gracias a su ayuda". —Forzó una sonrisa.

Catalina enarcó las cejas, confundida.

— "¿Pero cómo no estás en el rastro? Quiero decir, estás..." — evitó decirlo ya que sólo le producía pena y dolor.

—"Hay algunas cosas que no sabes y estoy dispuesto a aclarártelas cuando recuperes las fuerzas". —Se aclaró la garganta y evitó su mirada, sintiéndose de alguna manera culpable por el hecho de ser un espía en un círculo de gente peligrosa que casi la mata.

Como si se hubiera encendido una bombilla en su cerebro, se sintió aún más confundida. Se tocó la zona del cuello, pero el collar había desaparecido.

—"¿Dónde está mi...?"

Evitando su mirada, Severus contestó.

—"Tu collar hecho con la piedra del alma fue aplastado durante la batalla. Lo siento".

—"Entonces, ¿cómo he... sobrevivido? ....", —estaba cada vez más confundida. Nada tenía sentido. Si la piedra fue aplastada y ya no tenía propósito, ¿cómo sobrevivió a un cuchillo en su corazón? ¿Cómo seguía respirando?

La mano de Severus encontró la suya y la apretó ligeramente.

—"Lucius... Lucius te ha salvado".

Los ojos de ella se abrieron de par en par con pánico al mencionar su nombre.

— "¿Qué? ¿Cómo?" — Le miró a los ojos con curiosidad. Todo su cuerpo empezó a temblar mientras oscuros escenarios invadían su mente. Escenarios de lo que realmente ocurrió cuando ella cayó.