Royal Blood |Lucius Malfoy ✔️

6.Partido de quidditch.

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Después de que Catalina y Draco regresaran a Hogwarts, ella se dirigió directamente a su dormitorio, sin dirigirse a Draco ni una sola palabra. Claro, se sentía mal por ser grosera, pero todo este calvario sobre Lucius la molestaba y Draco sólo le recordaba a su padre.

Tomó un pergamino y una pluma y comenzó a escribir una carta a sus padres. Catalina los extrañaba mucho y le molestaba que no pudieran pasar más tiempo juntos. Apenas estaban en casa, incluso durante el verano, por lo que ella pasaba el verano casi sola. Por eso estaba tan apegada al mundo muggle. Le gustaba ir allí, la gente parecía más amigable y más dispuesta a ayudarse mutuamente. Con los años aprendió que la mayoría de las brujas y los magos eran arrogantes y estaban hechos para sí mismos, como los Malfoys.

"Mamá, papá, espero que todo vaya bien en el Ministerio y que vuestros viajes sean seguros. Mi situación en Hogwarts es buena. Últimamente he sacado mejores notas y he empezado a practicar hechizos por mi cuenta. Aunque no se me permite practicar algunos de ellos, intento hacerlo fuera de los terrenos del colegio. Quiero saber un poco de todo y estar preparada para cualquier cosa.

Os echo mucho de menos y espero de verdad que podamos pasar un fin de semana juntos antes de que acabe el curso. Los Malfoys han tenido la amabilidad de permitirme quedarme en su mansión algunas veces, pero no me siento muy cómoda allí.

En fin, espero que estéis bien y que os cuidéis porque nuestro colegio está en plena alerta. No puedo esperar a estar en casa para el verano.

Catalina x"

La joven bruja convocó a su lechuza y ató el pergamino a su pata. Acarició su cabeza, dejando que la lechuza la frotara contra su mano. Se rió.

—"Ahora lleva esto a mis padres". —Dijo sonriendo.

La lechuza salió volando y ella se quedó sola una vez más, con sus pensamientos.

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La cena transcurrió sin problemas en el gran salón. Los Slytherins charlaban sobre el próximo golpe mundial de quidditch y sobre quién ganaría. Las apuestas se gritaban entre ellos, cada uno estaba seguro de que quien apostara, ganaría.

—"Entonces Catalina, ¿quién crees que ganará?"— Blaise le empujó ligeramente el hombro, llamando su atención.

—"¿Hm? No lo sé. Nunca he estado en un partido de Quidditch".

—"¡No puede ser!"— Jadeó un Slytherin de sexto año.— "El Quidditch es la sensación ahora mismo. No sabes si te va a gustar hasta que lo pruebes". Animó a Catalina.

Catalina sonrió torpemente.

—"¿No es esta semana? No creo que encuentre entradas. Deben estar agotadas". —Dijo, algo decepcionada. Ahora que se mencionaba, ella realmente quería averiguar de qué se trataba todo esto. Desde que Harry entró en el equipo de Quidditch, todo el mundo parecía extasiado.

—"No habrías ido de todos modos, no es para tanto". — Draco trató de parecer imperturbable.

Estaba sentado frente a Catalina en la mesa. Su cabeza se dirigió hacia él, sintiendo que su temperamento sacaba lo mejor de ella.

En todo caso, Catalina odiaba que la mandaran o le dijeran lo que quería o no quería hacer, aunque fuera por personas que la conocían mejor que nadie.