50 Juegos de Codicia y Poder (Ego contra Ego)

Capítulo 68

Juramentos y Lealtades

Jacob había tenido su enfrentamiento con Embry antes de llegar a la reservación, siendo el joven Clearwater quien culminara dicha pelea, aullando para que Sam y Jared se apersonaran en dicho lugar, deteniendo por completo la trifulca entre los tres lobos, los cuales fueron llevados hasta el consejo tribal, siendo Jasper quien acercara tanto a Leah como a Leila y a su pequeño Billy hasta la reservación, dejándolas lo más cerca que pudo del camino, esperando a que las féminas llegaran y le notificaran a Alice que debía ir a la casa Cullen a conocer a los nuevos integrantes de la familia y sobre todo a ver si podía tener alguna visión que les ayudara con la encomienda impuesto por Klaus, al estar la casa libre de metamorfos.

—Sabias que al ser mi esposo y el padre de Madeleine, puedes entrar a nuestras tierras. —Le notificó Leah a Jasper, quienes habían decidido casarse en la pequeña prefectura de Port Angels, dejando la boda eclesiástica para cuando Ethan y Rosalie regresaran de su viaje y así poder realizar una boda doble.

—Lo sé, guapa... pero prefiero esperar aquí... dile a Alice que se apresure, por favor. —Leah le asintió con cierto desgano, pretendiendo marcharse y dejar a Madeleine con su padre, sin saber que pensar al respecto, ya que, aunque ahora eran esposos Leah no dejaba de ser la chica con baja autoestima que temía que los sentimientos de los ex esposos despertaran de golpe, siendo Jasper quien pusiera fin de una vez por todas a sus tontos temores, al percibir sus malsanos sentimientos—. Ok, vale... iré con ustedes. —Leah se asombró ya que no había dicho nada, sintiendo como el mayor Whitlock le abrazaba, manteniendo a su hija tomada de la mano.

—Está bien si no quieres ir. —Pero Jasper ya había emprendido el camino junto a su esposa, a su hija y a Leila, manteniéndola aferrada de la cintura, dejando el auto en el camino de tierra.

—Quiero que entiendas algo, Leah. —Soltó al fin Jasper, después de haber estado caminando un trecho largo en silencio—. Te amo a ti y a mi hija... no pienso volver nunca más con Alice y mucho menos con Rosalie. —La joven Clearwater bajó la mirada—. Nos casaremos por la iglesia en París como lo quiere tanto el perro faldero de Klaus como mi melliza, y estaremos juntos para siempre, Maddy, tú y yo. —Él se detuvo para aferrar su rostro con ambas manos, besándola sin importarle que estuviesen acompañados por Leila, la cual sonreía al ver como el mayor intentaba cambiar sus temores por fortaleza.

—Lo siento. —Se disculpó abrazando con todas sus fuerzas a Jasper—. Es solo que Sam siempre está presumiendo a Alice y yo quería presumirte a ti. —Tanto Leila como Jasper no pudieron evitar reír ante el tono infantil con el que la joven Clearwater había dicho aquello.

—Bueno, bueno... está bien. —Retomaron su caminata por el bosque—. Me siento como un bolso Louis Vuitton. —No solo Leah rió al saber de qué hablaba, Leila soltó una risita tonta al darse cuenta del buen cambio que había dado el vampiro, refiriéndose jocosamente a los costosos bolsos de marca, los cuales constaban uno y hasta los dos ojos de la cara.

—Tú mismo dijiste que eras un accesorio caro... pero no te he podido lucir a gusto en mis tierras. —Se abrazó más a él, mirando a su pequeña hija, la cual iba encantada de ir de la mano de su padre por aquel sendero hasta la reservación.

—Vale, vale... úsame como quieras mujer, pero no quiero volver a sentir de tu parte ningún temor sobre nuestra relación... ¿Esta claro? —Leah asintió—. Te amo solo a ti y a nadie más. —Jasper besó la coronilla de su frente, sin dejar de caminar a la velocidad en la que Leila podía andar, llegando al fin hasta la cueva donde se realizaban los consejos tribales.

—Es un pequeño monstruo que asesinó a un gran número de nativos en el amazonas brasileño, señores del consejo. —Se le escuchó decir a Jacob desde el interior de la cueva, justo cuando los tres recién llegados entraban, siendo Jasper quien se detuviera ante la fuerte pestilencia a perro.