Capítulo 52

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El destino

Cada uno de los integrantes de la familia Cullen y de los implicados en la contienda en el puente se encontraban rodeando no solo a Mía, Leah había sido bajada del tercer piso hacia el salón principal, recostándola sobre el sofá de tres plazas, siendo Riley el único en estar fuera de la casa, intentando atar a Ethan a uno de los árboles, con la ayuda de su amada esposa Bree, quien había llegado sana y salva al punto de encuentro, en compañía de su amiga Leila.

—¡Oh por Dios!... ¿Entonces seré una vampiresa?... ¿cómo la reina de los condenados? —Christian suspiró para controlar las ganas de putear a su loca hermana, ya que mientras él aun no lograba entender todo a cerca de la existencia de los inmortales, Mía ya se estaba haciendo una teoría sobre la vampiresa que quería ser y las cosas que podría llegar a hacer, como si aquello le resultase lo más cool del mundo—. Mejor aún... seré como Selene... la de Underworld. —Comenzó a dar saltos y poses ninja haciendo reír a Alice, quien se encontraba feliz de que su nueva amiga tuviera una segunda oportunidad de vida.

—¡Por todos los cielos, Mía!... ¿Te estas escuchando? —La chica dejó de posar, mirando retadoramente a su hermano—. Te estoy diciendo que de ahora en adelante podrías descontrolarte y comenzar a matar gente y tu estas soñando con ser como un personaje de película? —Elijah se encontraba sentado junto a Garrett, quienes observaban toda la escena con una amplia sonrisa, mientras que Jacob y Bella no pararon de consentir a sus pequeños en compañía de Leila.

—¡Ay, ya bájale dos a tus nervios, Christian!... no voy a matar a nadie. —El magnate miró implorante al doctor Cullen, como si le rogara con aquella mirada que le ayudara con su loca hermana.

—Me alegra mucho que esto te entusiasme más que preocuparte, Mía... pero necesito un poco de sensatez de tu parte. —Christian respondió que aquello era pedirle honestidad a un político, haciéndoles reír a todos menos a Mía, la cual le mostró a su hermano el dedo medio a modo de grosería—. Veras... —Carlisle comenzó a explicarle los pros y los contras de la inmortalidad, escuchando la inesperada respuesta de la chica.

—Tranquilo doctor Cullen... yo seré como mi amis, Alice... —Extendió los brazos hacia la menuda vampira, la cual acortó distancia entre ellas, tomándola de las manos—. Beberé de los animales. —Alice le había comentado de camino a casa como se alimentaban los Cullen—. Pero no beberé ciervos... ¿Qué tal si uno de ellos es la mamá de Bambi? —La mayoría de los presentes río a carcajadas, mientras Christian les notificaba que tiraba definitivamente la toalla con su loca hermana, apartándose de ella—. O peor aún... ¿Y si es Bambi? —Negó una y otra vez con la cabeza.

—Esta está más frita que el hermano. —Concluyó Emmett, girando su dedo índice alrededor de su oreja, haciendo alusión a la demencia de la muchacha, consiguiendo que los hermanos Clearwater rieran, aquellos que se encontraban con el corpulento vampiro en el mismo sillón, uno sosteniéndole la cabeza la chica, mientras que el otro mantuvo sus delgadas piernas sobre su regazo, siendo Bella quien le entregara la bebita a Leila, acercándose a Mía.

—No creas que es fácil contener la sed de sangre... a veces en lo único que puedes pensar es en eso y aunque no me arrepiento de lo que soy ahora, debo admitir que es un elevado precio a pagar. —La mayoría de los vampiros asintieron, siendo Garrett quien se sobresaltara al percibir la vibración del celular en el interior de su chaqueta, sacándole rápidamente del bolsillo para leer el mensaje que le había llegado, mientras Charlie y Taylor conversaban distanciados del resto sobre lo sucedido en el puente, analizando las posibles contra jugadas de Klaus, como buenos sabuesos, armándose un plan.

—Yo sé que podré con esto. —Mía comenzó a sudar y a sentirse un poco débil—. Sé que puedo... —Se tambaleó, siendo Bella quien la tomara por un costado, mientras Alice la aferra del otro lado—. ¿Qué me pasa? —preguntó la chica, mientras ambas vampiresas la sentaron en uno de los sofás individuales, siendo Elijah quien respondiera su pregunta, mientras Christian se acercaba a su hermana.

50 Juegos de Codicia y Poder (Ego contra Ego)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora